El atestado de la Guardia Civil sobre el crimen de Laura está lleno de pruebas contra Montoya

Los investigadores relatan sus sospechas; que la raptó cuando la joven salió de su casa con su bolso, su móvil, sus llaves y sus objetos personales que se encontrarían luego. Localizar el arma del crimen es una de los objetivos.

Según la autopsia tenía que ser un objeto contundente, pero descartada una piedra grande porque no la golpeó en el monte, buscaban una barra o un palo o algún tipo de herramienta porque Montoya estaba haciendo obra. Por eso analizaron todo tipo de objetos compatibles con la herida mortal que tenía en la cabeza. Los agentes tenía claro que este era el escenario del crimen por la triangulación de las antenas que situaban al presunto asesino y a Laura muy cerca.

A falta del análisis del teléfono del detenido que sí ha aportado sus movimientos con precisión. Falta el móvil de Laura Luelmo que no encuentran y aclararía más aun los primeros pasos de la joven. Pero tienen claro que Montoya cometió el error de no apagarlo hasta las ocho de la noche cuando creen que ya había depositado a Laura en las jaras.

De hecho el vecino que vio el coche de Montoya por la tarde en ese lugar les ayudó a terminar el relato. También la manta en la que envolvió el cuerpo llena de sangre que hallaron a 600 metros del cuerpo. Montoya esa misma tarde noche abandonó a Laura, probablemente viva porque la autopsia data la muerte dos días después.