Sucesos

Así logró escapar el preso fugado del Hospital de Jerez: "Decía que tenía frío y pedía más sábanas al personal"

Hospital Universitario de Jerez, Cádiz. Junta de Andalucía
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Cádiz¿Cómo consiguió el preso fugado escapar sin que nadie se percatara? Esa es la pregunta que se repiten una y otra vez en los pasillos del Hospital de Jerez desde que, hace 24 horas, los enfermeros hallaran la habitación vacía y una hilera de sábanas colgando por la fachada. El Hospital no se ha pronunciado de forma oficial al respecto y la Policía Nacional se ha limitado a confirmar que se busca a este delincuente, pero cada vez se conocen más detalles de esta fuga de película y cada dato convierte más la historia en un guión de ciencia ficción.

Según José Antonio Aparicio, Delegado Sindical de la Junta de Personal del Hospital de Jerez, "el protocolo para pacientes de este tipo ha fallado por completo". Aparicio explica que el primer eslabón de la cadena de errores fue que el joven no estaba ingresado en la habitación reservada y adaptada para custodias policiales por un motivo habitual, la falta de camas. Se trata de la única habitación del centro (sin contar las de salud mental) que tiene rejas, pero estaba ocupada por otro paciente (que no estaba bajo custodia).

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"Podían haberlo cambiado", dice el delegado sindical, pero no lo hicieron. Así que la ausencia de ese traslado, unido a la rotación de personal y a la supuesta falta de coordinación entre Policía Nacional, la dirección del hospital y la empresa de seguridad, según denuncia Aparicio, crearon una ventana de oportunidades, nunca mejor dicho, al ágil preso.

¿Cómo preparó la huida?

Varios factores ayudaron a la huída. Agentes que realizan relevos cada dos horas, puertas que pueden quedar cerradas durante la noche y una custodia que no garantiza, según el delegado, la permanencia efectiva junto al ingresado. Pero hay más, porque la clave de la escena cinematográfica está en las sábanas.

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¿Cómo reunió el material para la huida?. No pueden saberlo con certeza, pero Aparicio describe cuál sería el método más razonable conociendo el funcionamiento interno del centro. Todo estaría relacionado con el aire acondicionado, que estos días de calor ha estado en funcionamiento dando paso a noches más fresca de la cuenta. Ante esta situación no es de extrañar que un paciente pida sábanas al personal para resguardarse de esa sensación. "El problema es que la entrega de sábanas no se registra en ningún sitio", y eso sumado a los relevos en cada turno imposibilita saber que ya se le han entregado ropajes de cama con anterioridad.

Así que los trabajadores consideran verosímil que el joven fuera acumulando sábanas en la habitación durante los dos o tres días que estuvo ingresado y que probablemente las estaría guardando en un armario. Este fue el primer paso, ahora tocaba ejecutar la fuga y lo hizo con una maniobra que no requiere dificultad pero sí algunos conocimientos. "Es listo y sabía lo que hacía porque ha hecho los nudos muy al extremo, de lo contrario es más fácil que se rompieran". Algo que podía haber pasado porque las sábanas no son nuevas, y además se lavan a altas temperaturas pasando por fuertes productos de desinfección, lo que las deteriora bastante.

Un teléfono móvil para avisar a la persona que lo recoge en patinete

Otra pieza que intriga al personal sanitario es la posible existencia de un teléfono móvil. Las cámaras de seguridad del circuito cerrado del hospital, según Aparicio, registraron cómo un hombre lo recogía en la calle en un patinete: "¿cómo pudo hacerse con un teléfono para avisar a la persona que fue a recogerlo en patinete", se pregunta. Una duda que abre cuestiones sobre los registros y controles en las habitaciones de pacientes custodiados.

La suma de todo facilitó la maniobra del preso, un joven de unos 25 años que vive en la pedanía de Estella del Marqués, donde los vecinos aseguran que llevaban días sufriendo robos y pequeños delitos. Justamente es allí donde se están centrando las labores de búsqueda del prófugo.

Para el delegado, el problema es estructural: "No hay un protocolo por escrito donde tanto las fuerzas de seguridad que lo custodian, como la propia dirección del centro, a través de la empresa de seguridad que tiene contratada, garantice que se pueda usar". En su opinión, la solución pasa por desarrollar y plasmar por escrito un procedimiento claro, "un nuevo protocolo si fuera necesario para que esto no vuelva a ocurrir".