Los estudiantes de la Universidad de Almería denuncian la odisea diaria de llegar a clase: "Vamos como sardinas en lata"
La comunidad universitaria de Almería reclama un transporte público digno ante lo que consideran unos autobuses saturados y unos horarios insuficientes que provocan retrasos
A través de redes sociales, los alumnos recogen imágenes y testimonios para visibilizar las dificultades de desplazamiento y exigir soluciones
AlmeríaLlegar a la Universidad de Almería se ha convertido en una prueba diaria para muchos estudiantes. La frecuencia supuestamente insuficiente de autobuses, la saturación de los vehículos y la inexistencia de alternativas de transporte han provocado que los universitarios empiecen a organizarse para reclamar lo que consideran un derecho, un servicio eficiente y digno.
Belén Yuan Ibarra, estudiante de último año del doble grado en Derecho y ADE, describe su rutina: "Cuando he vuelto este año a Almería, me he encontrado con que el transporte público está peor que nunca", asegura. "Cada mañana llego a las ocho a la parada junto a una veintena de compañeros, tenemos que usar las líneas 12 y 19, que no son específicas para la Universidad y siempre vienen saturadas. Si pierdes un autobús, toca esperar otros veinte minutos y llegamos tarde a clase", denuncia. "Nos estamos enfrentando cada día a una situación insostenible", sostiene Ibarra.
Belén explica que, aunque existen otras líneas urbanas como la 5 y la 8, el problema de saturación se mantiene. "No hay tren ni metro, solo tenemos el autobús. Por eso pedimos una línea específica para la Universidad o, al menos, más autobuses en hora punta. Un transporte público digno es fundamental para nuestra educación", asegura.
Un problema que se viraliza
Las deficiencias del servicio han llevado a Belén, junto con otras dos compañeras de la carrera de Historia, a crear el movimiento @ualxuntransportedigno. La iniciativa tiene presencia en TikTok, donde suben imágenes y vídeos de los autobuses repletos y largas colas de estudiantes esperando, a veces durante más de una hora, sin poder subirse. "Queremos movernos por lo que sentimos que es justo", explica Belén.
La cuenta se ha convertido en un espacio para que la comunidad universitaria denuncie problemas, comparta experiencias y documente los retrasos que convierten el ir a clase en una auténtica odisea.
Además, una de sus creadoras ha podido recopilar varios testimonios a pie de parada: "parecemos borregos en lugar de personas, deberían poner más autobuses porque hemos llegado a esperar una hora", dice una estudiante. Otra asegura que "hace una hora que ha pasado el último autobús y no nos han dejado subir porque estaba muy lleno”. Una escena que, según denuncian, se repite cada mañana, estudiantes comprimidos en los vehículos, otros tantos esperando en la parada sin poder subir y el reloj avanzando sin remedio.
Clases perdidas por no llegar a tiempo
El problema, según dicen, no es solo de comodidad, sino que también afecta directamente a la educación. Muchos de los estudiantes aseguran verse obligados a optar por esperar durante largos periodos, lo que provoca que lleguen frecuentemente con retraso a clase o incluso que, a veces, se tengan que saltar alguna sesión, confiando en que un compañero les pase apuntes.
La ausencia de transporte alternativo convierte cada mañana en un desafío que para ellos pone en riesgo el derecho a estudiar en condiciones dignas. Por eso ahora estos estudiantes de están organizando. documentando el problema y visibilizándolo poco a poco. Para Belén y para sus compañeras un buen servicio público no es un lujo, sino un derecho que debe estar garantizado.