A Dios rogando y con el bizum dando: la iglesia de Cádiz que pide dinero para salvar sus vidrieras

Al párroco de San Mateo, en la localidad gaditana de Tarifa, la tierra empezó a caerle del cielo esta primavera. Al principio eran sólo algunas arenillas en el suelo, luego llegaron trozos más grandes. El párroco, levantó la vista, con la experiencia que da la profesión, hacia el cielo, y lo que vio allí fue algo muy mundano: el mortero que sujeta las vidrieras del templo se estaba deshaciendo.

"Por las manchas de óxido que tenía el mortero descubrimos que venia de ellas", explica Juan Pedro Varo, párroco de una iglesia que se empezó a construir en los albores del siglo XVI, cuya planta es gótica, pero con una monumental portada barroca de fines del XVIII. "El marco de las vidrieras se había oxidado y estaba haciendo presión sobre el mortero. Que te cayera un grano de arena no significaba nada, pero cuando los trozos ya eran más grandes ponían en peligro a la feligresía".

Y eso tuvo que hacer. En mayo la iglesia quedó cerrada, y el párroco hubiera abierto la caja para saber con cuanto contaba para los arreglos, sino fuera porque sabía de antemano que la respuesta era cero.

"Nada, nada, cero, no tenemos presupuesto para estas cosas", responde el párroco cuando se le pregunta por el estado de la tesorería. "He creado una comisión de patrimonio en la parroquia y a partir de ahí se ha creado una cuenta especifica para este tema. También estamos haciendo actividades para recaudar fondos, y haciendo una llamada a las empresas de la zona que puedan ayudar".

También tienen un bizum. A sus 48 años, a medio camino entre el tradicional cepillo y las aplicaciones de pagos, Juan Pedro Varo dice que el bizum ya existía para ayudar al mantenimiento de la iglesia, y que lo ha incluido en la campaña porque puede resultar más cómodo para alguna gente a la hora de hacer un donativo.

Hasta ahora han recaudado 20.000 de los 40.000 mil euros en que está presupuestada la obra.

"Si le digo la verdad, la mayor parte del dinero me llega en mano y yo lo ingreso", aclara. "Por bizum ha llegado algo. Hay algunos que se atreven, pero todavía es algo que está por empezar, y yo creo que los feligreses, algunos mayores, le tienen un poquito de miedo".

Pero ahí está, para aquellos que aunque no frecuenten la iglesia, ni siquiera Tarifa, quieran echar una mano a un párroco y, sobre todo, a una joya gótico-barroca, a salvar sus vidrieras y poder abrir sus puertas. Porque San Mateo sigue cerrada, y rezan para poder abrirla en setiembre, y albergar, como cada año por esas fechas, a Nuestra Señora de la Luz, la patrona de Tarifa.