Angela Merkel se sienta durante el himno alemán para acabar con los temblores de las últimas semanas
La canciller alemana ha roto el protocolo para evitar estos episodios
Este jueves no ha dado señal de tener ningún síntoma
A pesar de que mantiene en vilo al país, continúa con su frenética agenda
La canciller alemana, Angela Merkel, ha roto el protocolo este jueves 11 de julio para evitar temblar durante la recepción oficial realizada en honor de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, en Berlín. Ambas mandatarias han escuchado los himnos nacionales de sus respectivos países sentadas en sillas.
Con este gesto, la canciller alemana ha conseguido no temblar en esta ocasión. Merkel ha mantenido las manos en su regazo mientras permanecía sentada. A continuación, ha caminado sin ningún síntoma junto a Frederksen.
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La canciller, que asegura encontrarse bien y dice que no hay motivos para preocuparse, mantienen en vilo al país, ya que se desconocen el origen de los episodios de convulsiones. A pesar de estos problemas, Merkel mantiene su frenética agenda.
Tres episodios en menos de un mes
Angela Merkel ha vivido tres episodios de temblores en menos de un mes. El primero de ellos se produjo el pasado 18 de junio mientras recibía al presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski. Las imágenes desataron entonces una serie de preguntas sobre su salud que ella cortó de manera tajante: “Estoy bien, me he bebido al menos tres vasos de agua, que parece que me faltaba, ahora me siento de nuevo bien”.
Sin embargo, volvió a vivir la misma situación el pasado 27 de junio. En esta ocasión los sufrió durante un acto público con el presidente, Frank-Walter Steinmeier, y la nueva ministra de Justica. Un portavoz del Gobierno afirmó en aquella ocasión que la canciller “está bien” y que iba a seguir con su agenda. “Todo sigue según lo previsto”, aseguró.
El último episodio tuvo lugar hace apenas 24 horas, durante la recepción con honores militares del primer ministro finlandés, Antti Rinne. En esta ocasión, Merkel afirmó que los episodios se irán como vinieron, dando a entender que no será el último que va a sufrir.