El bar de Santa Coloma que sirve cafés a 50 céntimos: "Prefiero ganar clientela que no vender"

La escalada de precios obliga a la restauración a reinventarse. Si una cafetería de Barcelona ofrece platos a 4 euros con alimentos descartados por feos, el bar Hinojosa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) vende cafés por 50 céntimos. La oferta aplica al café solo, cortados y también al café con leche. El resto de la carta no se escapa de la sustanciosa rebaja: los bocadillos mini están a un euro y los normales a 2. Los quintos y zumos de naranja están a dos euros.

"Es una medida anticrisis para ayudar a la gente del barrio", explica su propietario, Juan, que regenta el negocio desde hace 37 años. Reventó los precios en julio: "Había bajado mucho la cosa y hay que ofrecer precios que la gente pueda pagar. Todo el mundo lleva 50 céntimos en el bolsillo", explica.

La iniciativa ha dado sus frutos: "En septiembre está viniendo mucha más gente. En un día he servido más de 300 cafés", cuenta el propietario. El bar Hinojosa se encuentra en una calle residencial de Santa Coloma, con pocas oficinas y negocios que atraen a poca gente de paso: "Lo anuncié en Facebook y ya se está empezando a conocer", cuenta Juan, al que también le salen los números a final de mes.

Mismo producto a mejor precio

"Yo lo que quiero es tener más clientes. Sirvo el mismo producto, no lo he cambiado pero como vendo más me sale a cuenta. En vez de comprar 6 kilos de café a 18 euros el kilo, ahora el representante me lo deja a 10 euros el kilo porque le compro 50", reconoce. "Prefiero ganar clientela que poner cafés a 1,30 euros y no vender", añade.

Este bar del área metropolitana de Barcelona no está exento de la escalada de precios: "En agosto pagué 690 euros de factura de la luz por el aire acondicionado. Me ha ido subiendo poco a poco", recuerda. Así que el aumento de clientes le compensa: "Al final me mantengo en las mismas ganancias pero ¿qué voy a hacer? ¡No tengo otra cosa!", explica el hostelero que trabaja solo en el bar. Abre de 5 de la mañana a 9 de la noche de lunes a viernes y desde las 6 de la mañana los sábados.

"Vienen algunas madres después de dejar a los niños en el colegio, algunos maestros al mediodía. Por las mañanas esto está lleno", relata el propietario cuyas mañanas son ahora ajetreadas entre preparar los cafés, servir, hacer los bocadillos y cobrar a los parroquianos.

Cubatas a dos euros y medio

Ahora se plantea servir también cubatas a 2,50 euros: "Lo voy a hacer dentro de poco para llenar las tardes, que está más tranquilo. Lo comenté a algunos clientes y me dijeron que vendrían", cuenta animado, y puntualiza que su clientela es "buena gente": "No me gustan los borrachos que se pasan el día en el bar y forman jaleo. Así que los echo. Prefiero que entre una pareja a charlar tranquilamente", reconoce.

Poco le importa lo que piensen el resto de establecimientos. Cuenta que hace tiempo pactó con un bar vecino un listado de precios idéntico para repartirse el mercado: "Descubrí que vendía más barato para quedarse con mis clientes. Así que ahora soy libre de poner los precios que yo quiera", concluye.