Colas en centros comerciales para escanear el iris por criptomonedas: "Si me dan 100 euros, pongo el ojo"

Ceder los datos biométricos tiene un coste que muchas personas ya han aceptado. Una decisión que se ha traducido en colas interminables en varios centros comerciales de toda España, donde una empresa escanea el iris a cambio de puñados de euros en criptomonedas.

"Si me dan 100 euros, pongo el ojo. Estoy pensándomelo", ha explicado un señor en el centro comercial La Farga de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), uno de los muchos centros donde la empresa Worldcoin ha colocado un estand para obtener valiosos datos biométricos.

Algunos se acercan por curiosidad y otros por necesidad, atraídos por el dinero que ofrecen a cambio de una lectura de iris que, igual que las huellas dactilares, son distintos para cada persona.

"He venido varias veces. Hoy lo he hecho con un amigo, estamos aquí para canjear las criptomonedas. Puede ser una buena inversión a largo plazo. Te van dando más dinero en la aplicación, cuando me lo saqué eran unos 50 euros y ahora llevo 200 euros. Si traes a más gente te dan más monedas", reconoce un joven sobre un negocio en el que "nadie es altruista"

Detrás de estas lecturas de iris masivas está Worldcoin, una empresa fundada en 2019 por Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, creadora de ChatGPT, con el objetivo de crear una red financiera y de identidad global basada en "pruebas de personalidad".

Este proyecto de criptomoneda biométrica cuenta con un reconocimiento de iris desarrollado por Worldcoin Foundation y Tools for Humanity, en el que pretenden "poder distinguir qué es un humano y un bot en el mundo digital".

Un objetivo que "puede parecer muy sencillo, pero que cada vez es más difícil con la inteligencia artificial (IA) y el desarrollo de tecnología", según explica Ricardo Macieira, director regional en Europa de Tools for Humanity.

Para las personas mayores de edad, un simple escaneo que les permite conseguir dinero a través de criptomonedas, pero para la empresa privada todo un mundo de datos biométricos, aunque niegan que estén comprando iris. "La imagen se borra y el código se guarda en la base de datos encriptada para hacer la comparación. No queremos saber quién es, de dónde es o la edad. Solo si es un humano".

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