Un profesor de la Universidad de Barcelona acusado de abusar de una alumna en una sesión fotográfica se enfrenta a casi 7 años de cárcel

Un profesor de la Universidad de Barcelona acusado de abusar de una alumna en una sesión fotográfica se enfrenta a 6 años y 8 meses de cárcel
El profesor de la Universidad de Barcelona acusado de abusar sexualmente de una alumna, durante el juicioEuropa Press
  • Los hechos de los que se le acusa se produjeron cuando él tenía 64 años y la alumna 18

  • La joven tenía un trastorno de la personalidad del que él era conocedor

  • Le acusan de abuso sexual con penetración y revelación de secretos por difundir imágenes de la sesión de fotos en Instagram sin consentimiento

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Un profesor de la asignatura de Fotografía del grado de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona (UB) se enfrenta a una condena de hasta 6 años y 8 meses de cárcel por presuntamente abusar de una alumna durante una sesión fotográfica que tuvo lugar en  2019 fuera del entorno académico. Además, la acusación apunta que publicó las imágenes de la sesión en Instagram sin conocimiento ni consentimiento, como informa en el vídeo Carol Gramunt.

Los hechos se produjeron cuando el acusado tenía 64 años y la víctima tan solo 18. Además, ella tenía un trastorno de la personalidad del que él era conocedor.

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Durante el juicio, el fiscal detectó dos contradicciones en la declaración del acusado respecto a lo que había declarado en fase de instrucción; algo que puede ser importante en la resolución de la causa.

Por su parte, la acusación particular aseguró que la víctima empezó la sesión fotográfica vestida y la acabó completamente desnuda, atada de pies y manos, con una mordaza y un antifaz.

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Las declaraciones del profesor de la Universidad de Barcelona acusado de abusar de su alumna

En el juicio celebrado el martes en la Sección 8 de la Audiencia Provincial de Barcelona, el acusado explicó que en el momento en el que quedaron para realizar la sesión fotográfica él tenía 64 años y la joven 18, asegurando que, con carácter previo, acordaron cómo sería la sesión, que ha descrito como “bastante normal”, en sus palabras textuales.

Según señaló, durante el transcurso de ésta, la joven, –que ha declarado en el juicio a puerta cerrada–, "colaboraba absolutamente" con las indicaciones que él le iba dando y que ella también iba proponiendo cosas.

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Continuando con sus explicaciones de lo ocurrido, afirma que la joven llegó a desnudarse completamente y que usaron "diversos tipos de objetos, como máscaras, flores, papeles", sin recordar si ella se puso una mordaza, pero ha negado que la atara al somier, como sostenía la Fiscalía en su escrito de acusación, aunque sí ha reconocido que lo simuló.

Del mismo modo, ha rechazado que ella llevara una máscara peluda que le impidiera ver, que la tocara, y que hubiera actos de penetración, como sostiene el ministerio público y la acusación particular.

No obstante, lo que sí ha reconocido es que en la escena había "un pene de juguete de esos que se usan para las fiestas de fin de carrera", pero ha señalado que, durante la sesión, la víctima estaba feliz, relajada y contenta, según su versión.

El profesor de la Universidad de Barcelona afirma que había consentimiento

Durante su declaración, el docente de la Universidad de Barcelona ha insistido en que "en todo momento, por supuesto, le pedía permiso, ella consentía, aceptaba” y “colaboraba, de forma entusiasta". Además, ha aseverado que, tras la sesión, durmieron juntos y que quedaron con posterioridad hasta en dos ocasiones, acudiendo juntos a un taller de fotograbado.

Paralelamente, y por otra parte, en el juicio han prestado declaración dos testigos propuestos por la defensa que asistieron al taller al que acudieron el acusado y la víctima y que han descrito la relación entre ellos como normal y cordial, respectivamente.

Las contradicciones en la declaración del profesor

Por otro lado, la fiscal ha detectado dos contradicciones en la declaración del acusado con respecto a la fase de instrucción, dado que en la vista oral celebrada este martes el profesor ha dicho que hace algunos años hizo otras fotos a alumnos y anteriormente lo había negado diciendo que no lo hacía "precisamente para evitar que hubiese cualquier tipo de malentendido".

Además, también negó el martes que la universidad tuviese un protocolo que impidiese que los alumnos se desnudaran integralmente durante las sesiones fotográficas, aunque en fase de instrucción dijo que sí estaba regulado lo que se podía pedir y lo que no a los estudiantes.

De las sesiones fotográficas a las fotos eróticas en clase

En el curso de su declaración en el juicio, el procesado ha reconocido, a preguntas de la acusación particular, que entre las fotos que mostraba en sus clases había algunas "eróticas de modelos asiáticas" porque la mayor parte de su carrera la desarrolló en China, pero no de sus alumnas.

Sobre la publicación de las imágenes de la víctima en su cuenta de Instagram, que también se exhibieron en un taller, el acusado ha asegurado que le pidió permiso y que esta le contestó con el emoji de "un gatito", lo que él interpretó como una aprobación.

Piden prisión para él por abuso sexual con penetración y revelación de secretos

Ante las acusaciones que pesan sobre él, la Fiscalía pide 6 años de prisión por un delito de abuso sexual con penetración y 8 meses de cárcel por el delito de revelación de secretos, así como una orden de alejamiento de la víctima de 1.000 metros durante 4 años una vez cumplida la pena privativa de libertad. Además, reclaman que la indemnice con 2.000 euros por los daños morales causados.

Según expone, no se puede entender como consentimiento el mero silencio de la víctima, que si no reaccionó fue por miedo a la diferencia de estatus entre ellos, a las posibles consecuencias y a perder su único apoyo, puesto que no tenía una buena relación con su entorno, y que "no hay ningún móvil de carácter espurio".

Por su parte, la acusación particular ha señalado que la joven, a la que se ha referido como una persona vulnerable por sus circunstancias personales, "empezó vestida y terminó completamente desnuda", y que acabó atada de pies y manos, con una mordaza y un antifaz y, posteriormente, con una máscara a través de la cual no veía y cegada por la luz.

"En todo momento piensa que ella está allí porque ha ido voluntariamente y porque de alguna manera se lo merece", ha dicho la abogada de la acusación particular, que ha añadido que la joven no reconoció en el momento que estaba siendo víctima de un ataque sexual y que se sentía avergonzada y disociada, en sus palabras, por lo que tardó 2 años en denunciar.

Frente a todo ello, la defensa del profesor solicita su absolución o que, alternativamente, se aprecie "un error de tipo", alegando que la víctima no fue clara al responder a la pregunta que le planteó el acusado con un icono de un gato, lo que dio pie a que él interpretara que le había dado su permiso.

 

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