El acusado de matar en Lleida a un agente de los Mossos, que era su yerno, llamó a su hija para decirle que había asesinado a su marido

El acusado de asesinar a tiros a su yerno en Lleida el pasado miércoles llamó a su hija tras el crimen para decirle que le había matado
El hombre remató al mosso con un disparo cuando la víctima estaba tirada en el suelo
La localidad de Lleida sigue bajo la consternación generada por el asesinato a tiros de un agente de los Mossos d'Esquadra a manos de su suegro. La víctima acababa de dejar a sus hijas en el colegio y volvía a casa cuando fue sorprendido por el acusado, que le disparó en diversas ocasiones. Incluso en el suelo, lo remató de un tiro. Además, según ha trascendido recientemente, hizo dos llamadas. Una al 112 para confesar el crimen y otra para decirle a su hija que acababa de matar a su marido.
Así lo recogen fuentes como 'El Caso', que destacan que el hombre tapó el cuerpo y esperó la llegada de los agentes en el lugar. La víctima, identificada como Víctor, trabajaba en la comisaría de Mollerussa. La División de Investigación Criminal (DIC) de Ponent de los Mossos se hizo cargo de la investigación y, aunque en un primer momento se barajó la posibilidad de un problema psiquiátrico, al haber estado ingresado el acusado con anterioridad en un hospital, todo apunta a una posible disputa familiar por las visitas a sus nietas.
La fuente citada señala que el acusado "es un hombre muy violento y tiene actitudes machistas": "No tenía trato con su hija y su yerno, que no le dejaban ver a sus nietas, dos niñas de nueve y 14 años", lo que pudo desatar el crimen. Las autoridades tratan de esclarecer si hubo una venganza con premeditación, ya que Antonio, como se identificado al suegro, pudo haber estudiado el recorrido que hacía Víctor para dejar a las menores en el colegio.
El crimen del mosso en Lleida
El miércoles por la mañana, el suegro del agente salió de su casa con un revólver que tenía por una licencia de tiro deportivo, una sábana y una bolsa de supermercado. Minutos después localizó a su yerno en la calle Doctora Castells, en el barrio de Cappont, y le disparó ocho veces hasta acabar con su vida. Tras los disparos, le efectuó un noveno más en la cabeza. Cubrió el cuerpo con la sábana, guardó el arma e hizo dos llamadas. Cuando las patrullas de los Mossos llegaron al lugar, el hombre los esperaba junto al cadáver. Les entregó su documentación y el arma, y se dejó detener sin oponer resistencia. Según los agentes, incluso llevaba consigo un cepillo de dientes y un peine, previsiblemente para cuando fuera trasladado a dependencias policiales.
El detenido fue conducido a la comisaría de Lleida, donde se acogió a su derecho a no declarar. Al día siguiente, presenció el registro de su vivienda, mientras los investigadores analizaban cámaras de seguridad y otras pruebas para determinar las circunstancias del asesinato. Antonio pasará a disposición judicial este sábado, cuando se decidirá si ingresa en prisión provisional y si se solicita una evaluación psiquiátrica.
El crimen ha generado una profunda consternación en el cuerpo de Mossos d’Esquadra. Víctor llevaba más de dos décadas de servicio y era muy apreciado en la comisaría de Mollerussa, donde compañeros y mandos le rindieron homenaje con un minuto de silencio y numerosas muestras de apoyo a su familia.
