Un mercado de artesanos y de segunda mano para luchar contra el declive del pequeño comercio en Manresa: "Va desapareciendo"
Marina es la presidenta de la entidad vecinal que lucha por revitalizar el barrio de la Sagrada Família: "Antes había mucha vida"
La asociación de vecinos llevará a cabo un mercado que cuenta con más de 30 paradas: "Nos ayudará mucho y unirá porque la gente saldrá"
BarcelonaLa escasez de comercios tradicionales cada vez es más patente en las ciudades, donde negocios familiares bajan para siempre las persianas ante la falta de relevo generacional o la gran competencia de las grandes plataformas digitales. Una situación que afecta de pleno al barrio de la Sagrada Família de Manresa (Barcelona), donde los vecinos han unificado sus fuerzas para crear el primer mercado de artesanos y objetos de segunda mano debido al cierre de comercios en la zona de la localidad catalana.
"Van cerrando los de toda la vida. No hay zapaterías ni tiendas de ropa y tenemos muchas farmacias, peluquerías, tiendas de alimentación, pero no es el puesto más adecuado para que la gente mayor vaya a comprar. A ellos les gustaba ir al mercado, hablar, encontrarse con otros e ir hacer un café. Pero esto se ha acabado", lamenta Marina Hosta, presidenta de la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia, en una entrevista a Informativos Telecinco.
Ante esta situación, la entidad vecinal ha decidido dar un paso para paliar la escasez de comercios y volver a dar vida a un barrio donde los negocios tradicionales han ido desapareciendo. El último de ellos el de Ana Ballesteros, al mando de un negocio familiar de moda que cerró para siempre hace un mes con una fiesta que unió a más de un centenar de personas en plena calle para rendirle homenaje.
"La gente mayor es la que tenemos el problema"
"No ha encontrado relevo y era una tienda que tenía venta. Si queremos esto nos tenemos que ir al centro de Manresa, que es un caos. Están de obras hasta arriba. Y la gente mayor es la que tenemos el problema porque a pie no podemos ir. Son subidas y bajadas", añade la presidenta de la asociación de vecinos de la localidad catalana.
Pese a ello, el próximo 22 de noviembre será un día atípico en el barrio al montar en plena calle un mercado repleto de objetos artesanales y de segunda mano que de momento ya cuenta con más de treinta paradas para la jornada: "Pueden venir y vender lo que quieran. Como si es la sopera que les regaló su abuela. La idea es que sea artesanal, cosas de segunda mano, libros que también pondremos en venta".
Las tiendas del barrio que siguen abiertas también aportarán su 'granito' de arena para que los vecinos realicen un sorteo entre los asistentes. "Hemos ido a llevar carteles a las tiendas del barrio, que son pequeñas, y nos ayudarán a ver si ese día pueden colaborar con algún detalle para rifar. En una farmacia quizás me pueden dar una frasco de colonia y en una ferretería un mechero. Algo es algo", admite Marina Hosta.
"Antes era un barrio con mucha vida"
Esta aportación también llegará de los más pequeños: "Me ha llamado un colegio porque hay niños que quieren hacer el viaje de final de curso y han hecho manualidades. Nos han pedido si podían participar y les he dicho que si son manualidades no hay problema, pero que si son cosas que han comprado en Amazon no".
Una jornada especial donde el objetivo es revitalizar un lugar que año tras año pierde parte de su tradición comercial. "Antes era un barrio con mucha vida, pero no hay relevo generacional y vienen grandes empresas y el pequeño comercio va desapareciendo", admiten desde la asociación vecinal sobre una situación que por un día dejarán de sentir gracias al primer mercado de artesanos: "Nos ayudará mucho y unirá porque la gente saldrá, solo esperemos que haga un buen día".