El taller de bebés reborn de Meritxell en Lleida: una 'guardería' de muñecos hiperrealistas que son "más que un juguete"

El taller de bebés reborn de Meritxell en Lleida
El taller de bebés reborn de Meritxell en Lleida:. Cedida
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LleidaLos bebés reborn se han convertido en "más que un juguete" para Meritxell Vázquez, quien abrió el pasado mes de septiembre un local en Lleida donde expone este tipo de muñecos hiperrealistas que parecen tener vida, convirtiendo su negocio en una pequeña 'guardería' donde su minucioso arte culmina con un prototipo que genera ternura y "mucha tranquilidad".

Muñecos que "tienen la apariencia de un niño de verdad" y que pueden llegar a convertirse en verdaderas piezas de coleccionista, después de una minuciosa elaboración a mano y un precio que, depende del muñeco, no es asequible para todos los bolsillos. "Auténticas reliquias" para Meritxell, propietaria del local 'Reborn for you'.

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"Lo que hacemos es transformar un trozo de vinilo o de silicona en capas. Las pintamos, ponemos moteados, venkas, rojeces y de capa en capa se ven lo más real posible", explica la mujer en una entrevista a Informativos Telecinco sobre un proceso de elaboración de bebés reborn que puede superar las dos semanas de confección.

"En casa no teníamos sitio para los bebés"

Esta pasión la descubrió de la nada gracias a la hija de su pareja: "Era 'pequeñita' y le daba susto un muñeco. Le dije que quería comprar un muñeco reborn, pero eran muy caros y decidí comprarme las pinturas y probar de hacerlo. Salió tan bien que al final acabé haciendo cursos".

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Con el tiempo descubrió un talento que no dudó en sacarle provecho con la apertura de un local donde expone decenas de prototipos de muñecos que comparte en redes sociales: "En casa no teníamos sitio para todas las pinturas, los bebés y la ropa. Por internet tampoco compraban mucho y decidimos coger un local que fuese también mi propio taller y allí vender los muñecos".

El taller de bebés reborn de Meritxell en Lleida

Así empezó su aventura en un local que se ha convertido en una auténtico 'guardería' de bebés reborn, que algunos son creados a partir de las propuestas de los propios clientes: "Algunos me piden que se parezcan a sus familiares. Otros cogen el que tengo en el local. Si tienes que hacer que se parezca al bebé, con una foto, cuesta más porque tienes que hacerlo con los rasgos".

"Transmiten una sensación de paz y tranquilidad"

Sea de un modo u otro, este proceso artístico se convierte en toda una terapia sanadora para Meritxell: "Los cojo y me transmiten una sensación de paz y tranquilidad". Lo mismo ocurre para las personas que acaban usando sus juguetes: "Sirven para personas con alzhéimer. No son el típico juguete, es algo más".

Para que el resultado impacte al público, Meritxell previamente ha llevado a cabo un proceso minucioso de elaboración donde cada pelo, pestaña y rasgo del bebé cuenta. Esta labor empieza con la aldquisición de diferentes partes del cuerpo por separado y sin pintar. Un "kit en blanco" que ella la da sentido con todo tipo de detalles y capas de pintura. Así, las piezas van cogiendo vida, aunque para ello tienen que pasar por el horno.

"Lo que más me gusta del proceso es poner 'pelito a pelito'. Tienes que darle apariencia muy real. Soy muy nerviosa, pero esto me tranquiliza", admite Meritxell, quien destaca la importancia de repartir bien el peso entre la cabeza, los brazos, las piernas y todo el cuerpo.

Un proceso que no se hace de un día para otro: "De media tardo dos semanas. Si le quieres poner el pelo injertado, ya es una semana más y también depende de las capas de pintura que le ponga". Un procedimiento en el que el bebé se acaba convirtiendo en un muñeco hiperrealista que pese a estar hecho de vinilo y silicona parecer tener vida y para mucha gente son "más que un juguete".