La mancha gigante en el Sol visible sin telescopio: astrónomos vigilan una posible llamarada solar

Los astrónomos permanecen en alerta ante una mancha gigante que ha aparecido en el Sol. Es cuatro veces más grande que la Tierra y, según alertan los expertos, podría llegar a emitir una potente llamarada solar que afecte directamente a nuestro planeta y al conjunto del sistema solar.

Bautizada ya como AR3310, su gran tamaño permite que podamos verla a simple vista, aunque para ello se ha de utilizar protección para no dañar nuestra vista, como las gafas para ver eclipses, diseñadas para bloquear la luz infrarroja y ultravioleta.

El llamado ‘astro rey’ aún posee muchos secretos por descubrir. Las manchas solares que presenta cíclicamente constituyen áreas activas en las que los campos magnéticos del Sol pueden llegar a ser particularmente activos, emitiendo eyecciones coronales de masa y llamaradas solares que envían energía, luz y partículas a alta velocidad.

A veces, en él se producen poderosas explosiones que lanzan partículas al espacio, resultando que, en ocasiones, estas van en dirección a la Tierra; algo que da lugar a experimentar lo que conocemos como tormentas magnéticas solares.

La mancha gigante en el Sol podría emitir una poderosa llamarada solar de clase X

En el caso de la AR3310, se sabe que ya emitió una llamarada, que los expertos clasificaron dentro del nivel M alto, o lo que es lo mismo, el segundo grado en el baremo que mide este tipo de fenómenos. Entonces, no apuntaba directamente a la Tierra y, en este caso, solo afectó a las auroras boreales, haciéndolas más brillantes y duraderas, y todavía más espectaculares a la vista.

Sin embargo, lo que mantiene a los astrónomos en alerta y lo que despierta la inquietud es que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU, que trabajaba monitorizando el clima espacial, afirma que hay un 20% de posibilidades de que esta mancha gigante en el Sol pueda emitir una "poderosa llamarada de clase X" en dirección a nuestro planeta, es decir, la de más alto rango.

A diferencia de la anterior, de producirse realmente, la llamarada solar podría provocar apagones de radio, lo que tendría repercusiones graves para la aviación, y tormentas de radiación de larga duración. Como explica la NASA, también podría afectar a las redes eléctricas y tuberías, aunque lo más común sea que sintamos sus efectos en las auroras boreales, haciéndolas más intensas ante la interacción de las partículas enviadas por el astro rey y nuestra atmósfera. De este modo, estas últimas podrían verse también en puntos donde no es para nada habitual.

Las actividad del campo magnético del Sol, en picos máximos

Las manchas solares varían durante los ciclos solares. Cada 11 años el campo magnético del Sol cambia, provocando eyecciones de masa coronal más frecuentes y potentes a mitad de ciclo. “El periodo donde más tormentas solares hay es el pico del ciclo, pero también la fase descendente. Cuando cambia de ciclo, de uno a otro, aunque hay muy pocas manchas, las manchas del nuevo ciclo tienen una polaridad inversa respecto a las del ciclo anterior. Entonces, se puede determinar muy bien si la actividad corresponde al nuevo o es todavía del anterior”, como explicaba Luis Sánchez, científico de la ESA, Jefe de Desarrollo de la infraestructura de ciencia en tierra de la misión ‘Solar Orbiter’, cuando desgranaba la importancia del proyecto.

Cuando el campo magnético del Sol se mueve, puede lanzar energía muy rápido en forma de radiación. Es lo que se llaman llamaradas solares. También puede lanzar al mismo tiempo una gran cantidad de materia, a lo que se le denomina ‘eyección de masa coronal’. Las tormentas solares son producto de estas eyecciones, cuyas partículas energéticas son impulsadas por el viento solar.

En este caso, se espera que el máximo solar lo alcancemos en 2025, siendo este ciclo uno de los más potentes observados desde que se tienen registros, incrementándose sus efectos visibles en los dos últimos años.