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Los riesgos de las videollamadas por WhatsApp: "Permite a los delincuentes abrir cuentas bancarias con tu identidad"

La ciberseguridad está a la orden del día, y un hábito tan común como el de las videollamadas, en casos muy puntuales, pueden suponer agujeros de seguridad
Desentrañamos los peligros que puede conllevar una simple videollamadaUNSPLASH
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Aunque la tecnología que rodea tanto a WhatsApp como al contenido de sus mensajes —y videollamadas— es segura, gracias al sistema de encriptación de mensajes, cierto es que no hay ninguna herramienta que sea infalible. A la hora de compartir nuestros datos e informaciones sensibles, como pueda ser nuestro DNI, con terceras personas o gente que no es de confianza, podemos estar cayendo en una estafa de suplantación de identidad.

En este caso no estamos hablando de que con una videollamada estemos expuestos al 100% a un ciberataque. Más bien, hacemos referencia al hecho de compartir —de forma voluntaria— datos personales en un entorno que, aparentemente es amigable, pero con personas que no forman parte de nuestro círculo.

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El abogado y criminólogo Pablo de Palacio de Lassaletta explica que “el robo de datos a través de WhatsApp, sobre todo, a través de la imagen obtenida en videollamadas, permite a los delincuentes abrir cuentas bancarias online con la identidad de la víctima”.

Pero, ¿cómo es posible que con tan sólo enseñando nuestro documento de identidad, alguien abra una cuenta bancaria a nuestro nombre? Con una simple captura de pantalla en el que aparezca el documento —junto con nuestro rostro—, esta se convierte en la herramienta de validación que en muchas ocasiones se requiere en aplicaciones bancarias, a la hora de llevar a cabo el proceso de apertura.

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Además, el experto señala que “eso hace que, en muchas ocasiones, la víctima del robo de datos se convierta en presunto autor de un delito de estafa al habérsele abierto cuentas bancarias, con su desconocimiento, que sirven a la banda criminal para estafar a terceras personas bajo la identidad de la víctima”.

Dicho de otro modo: en el caso de que nos roben la información, se hacen pasar por nosotros a la hora de estafar a otras personas. Nosotros —oficialmente— constaríamos como el autor material del delito, pero no nos daríamos cuenta ya que otra persona estaría actuando en nuestro nombre.

El abogado y criminólogo también recalca que este tipo de estafas “es la más habitual” dentro de estos contextos.

También podemos ser víctimas de extorsiones

Aunque el escenario descrito anteriormente es uno de los más comunes —siempre y cuando se nos robe información a través de videollamadas de WhatsApp—, Pablo de Palacio también nos ha ilustrado otra de las situaciones a las que nos podríamos estar enfrentando: “En otras ocasiones, extorsionan a la víctima para que pague un dinero a cambio de recuperar los datos robados. En caso de no hacerlo, se les amenaza de difundir y revelar el contenido privado extraído de su terminal móvil”.

Esta técnica se conoce como ransmoware, o lo que es lo mismo, es el secuestro de nuestros datos. Literalmente se pide un rescate a cambio de que nuestra información no sea borrada, compartida o expuesta sin nuestro consentimiento.