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Un estudio de la Universidad de Córdoba pone bajo la lupa a los 'Incels': la comunidad de hombres que ve el sexo como un derecho

Reyes Rodríguez y Miguel Ángel Maldonado, dos de los autores de la investigación
Reyes Rodríguez y Miguel Ángel Maldonado, dos de los autores de la investigación. Universidad de Córdoba
  • La Universidad de Córdoba publica un estudio científico que analiza a 'los incels', un grupo de hombres jóvenes que transforman la frustración sexual en ideología misógina

  • Según algunas de las conclusiones del trabajo, estos hombres consideran que el sexo es un derecho que se les niega por el empoderamiento femenino

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CórdobaLa Universidad de Córdoba (UCO) ha puesto bajo la lupa a los "incels", una subcultura digital formada por hombres que se consideran "célibes involuntarios" y que han transformado su frustración sexual en una ideología profundamente misógina. El grupo de investigación Conflict and Human Security, de la institución cordobesa, acaba de publicar una de las revisiones más completas realizadas hasta el momento sobre este fenómeno, un trabajo recogido en la revista "Aggression and Violent Behavior" y basado en más de 80 estudios científicos publicados desde 2017.

El término "incel" saltó a la esfera pública en 2018 tras el atentado cometido en Toronto por Alex Minassian, un joven canadiense que arrolló mortalmente a diez personas y dejó a otras 16 heridas. Antes del ataque, escribió en redes sociales: "La rebelión Incel ya ha comenzado", y desde ese momento se puso el foco en una comunidad cuyo origen, paradójicamente, se remonta a los años noventa con un propósito muy distinto al actual. Por aquel entonces buscaban servir de apoyo a personas con dificultades para mantener relaciones sexuales sin estigmatizarlas.

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Lo que nació como un espacio para compartir experiencias derivó, con el paso del tiempo, en un movimiento hostil hacia las mujeres, cargado de discursos de odio y referencias deshumanizadoras. Este giro y su expansión en foros digitales han despertado un creciente interés académico, al que la UCO contribuye ahora con una radiografía detallada de sus dinámicas sociales, sus causas y sus consecuencias.

La frustración sexual convertida en ideología

Según el estudio de la Universidad de Córdoba, quienes integran este movimiento, en su mayoría hombres jóvenes heterosexuales, comparten una visión común del mundo, ya que consideran que el sexo es un derecho que se les niega por el empoderamiento femenino y culpan a las mujeres de su incapacidad para establecer relaciones. Además, sostienen que solo los hombres que responden a cánones heteronormativos de masculinidad son percibidos como deseables y conciben el sexo como una transacción sin implicación emocional.

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Esta combinación de creencias alimenta una visión misógina radicalizada, en la que las mujeres se convierten en objeto de rechazo y odio. El estudio de la UCO destaca además el papel central del lenguaje en este proceso, ya que poseen un léxico propio que deshumaniza, normaliza la hostilidad y sirve de vehículo para justificar el discurso violento. Términos como "femoides" (humanoides femeninos), "stacys", "ganado" o "contenedores de esperma" ilustran cómo la narrativa incel degrada a las mujeres hasta reducirlas a categorías despectivas.

"Esta terminología es en realidad un pretexto para atacar a la otra persona sin sentirse culpable, para provocar una desconexión moral y emocional que justifique el discurso de odio", explica Reyes Rodríguez, doctoranda del Departamento de Psicología de la UCO y una de las investigadoras del estudio.

Foros digitales que refuerzan el extremismo

El trabajo incide también en la importancia de los entornos digitales como caldo de cultivo del fenómeno. Según el estudio, las redes sociales y foros específicos funcionan como cámaras de eco que amplifican sus creencias y proporcionan a "los incels" un espacio de validación mutua.

En estos entornos, los algoritmos no solo no mitigan el problema, sino que contribuyen a reforzar las narrativas misóginas al priorizar contenidos afines, consolidando así una identidad colectiva cada vez más radicalizada.

Soledad, problemas psicológicos y fracasos terapéuticos

Más allá de su dimensión social, el estudio de la UCO subraya la relevancia de los factores psicológicos. "Los incels" presentan, según los datos recopilados, mayores niveles de soledad y rechazo, baja autoestima, menor apoyo social y una incidencia elevada de ansiedad y depresión. Pese a ello, solo un 15% afirma sentirse mejor tras una intervención terapéutica.

Según el co-director del trabajo, Miguel Ángel Maldonado, cuando una persona con una ideología tan arraigada acude a terapia, tiende a esperar una validación de sus creencias, algo incompatible con el proceso terapéutico. Además, muchos de estos hombres perciben que el problema reside en la sociedad y no en ellos mismos, lo que dificulta cualquier intervención clínica.

Además de sintetizar el conocimiento existente, la revisión elaborada por la Universidad de Córdoba identifica lagunas que la investigación futura deberá abordar. Entre ellas, desarrollar nuevos enfoques de intervención psicosocial, diseñar métodos de evaluación directa de "los incels" y crear estrategias que reduzcan su influencia en el ciberespacio.