La imagen de un grupo de delfines jugando con una anaconda en Bolivia desconcierta a los científicos

La imagen de un grupo de delfines jugando con una anaconda en Bolivia desconcierta a los científicos
Grupo de delfines de río jugando con una anaconda en Bolivia. Omar M. Entiauspe Neto, Steffen Reichle, Alejandro dos Ríos / Ecology
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Si de por sí es raro ver delfines de río en Bolivia, puesto que apenas se asoman por encima del agua, verlos jugando con una enorme anaconda es definitivamente algo inédito. “Hay tantas preguntas”, dice uno de los científicos que ha analizado la imagen. De hecho, el fotógrafo no se dio cuenta de lo que había captado hasta revisar la instantánea.

Un equipo de investigación se encontraba documentando la fauna del río Tijamuchi en Bolivia en agosto de 2021 cuando se dio cuenta de que algo asomaba del agua: varios delfines de río bolivianos. Estos cetáceos son extremadamente esquivos, por lo que los biólogos no esperaban tener la fortuna de ver siquiera uno solo en su exploración.

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El grupo se integraba, entre otros, por Steffen Reichle, biólogo del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y Omar Entiauspe-Neto, taxónomo de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul en Brasil.

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Al fijarse, notaron que algo estaba pasando entre los delfines, aunque no tenían muy claro el qué, así que tomaron fotos y las revisaron después. Al revisarlas vieron lo que pasaba en el momento del avistamiento: una anaconda colgaba de la boca de estos animales mientras nadaban. La descripción de la escena ha sido descrita en la revista Ecology.

¿Qué hacían los delfines de Bolivia con la anaconda?

Los investigadores no han llegado a un consenso sobre el motivo por el que los delfines de río boliviano (de la especie Inia geoffrensis boliviensis), conocidos localmente como “bufeos” tenían en la boca una larguísima anaconda del Beni (Eunectes beniensis), que puede llegar a medir cerca de 3 metros. Hay varias teorías.

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Inicialmente, los biólogos pensaron que quizá los delfines adultos estaban enseñando a los jóvenes cómo matar a la anaconda, por lo que la interacción sería instructiva. Las serpientes generalmente no forman parte de la dieta de estos delfines, pero los investigadores observaron que los cetáceos sumergían a la anaconda más de siete minutos bajo el agua, probablemente ahogándola, dado que estas no consiguen aguantar la respiración durante tanto tiempo, y necesitan salir a la superficie cada poco tiempo.

Para confirmarlo habría hecho falta observar hasta el final, pero los investigadores no vieron dónde acabó la serpiente, y si los delfines llegaron a comérsela.

Aunque esta no es la teoría que más convence a los investigadores. Dado que la interacción duró un buen rato, los biólogos creen que se trataba de un juego y no una depredación. Con lo animados que son los delfines, "jugar parece una respuesta bastante factible", han dicho los investigadores que presenciaron la escena en The New York Times.

Esto lleva a pensar a su vez que la serpiente estaba herida antes de que los delfines la capturasen para jugar, dado el riesgo al que se exponían usando precisamente uno de los reptiles más letales del río Tijamuchi.

Y hay otra observación que es fundamental tener en cuenta para comprender qué estaba pasando con la anaconda: los delfines estaban excitados. Los biólogos lo saben porque en las imágenes se ve que sus miembros están erectos. Esto podría deberse a una excitación por el juego, a que los delfines estaban interactuando sexualmente entre ellos antes de capturar la serpiente, o a una intención de frote con el reptil, algo que ya se ha visto anteriormente en otras especies de delfines.

Los científicos han documentado anteriormente la interacción de un delfín mular con una anguila, por ejemplo. Además, la alta actividad sexual de los delfines no es ningún secreto para los investigadores.

Lo único que está claro, concluyen los expertos que fotografiaron la escena, es que la serpiente no lo estaba pasando muy bien, y es bastante probable que muriera ahogada.