Aragón
Se trata de la provincia más afectada por las crecidas del Ebro. Allí, 30 municipios de la Ribera Alta y la Ribera Baja están con riesgo de inundaciones, incluida Zaragoza capital. De momento, ya se han producido desalojos en Gallur, con 9 familias que tuvieron que ser desplazadas por un desprendimiento de tierras, y también de una residencia de mayores en Monzalbarba, como medida de precaución.
Sin embargo, el mayor riesgo se encuentra en Novillas, Pradilla y Boquiñeni, los primeros pueblos aragoneses que reciben al Ebro. En el caso de Novillas, por ejemplo, ya se han inundado unas 1.400 hectáreas, y en Boquiñeni, localidad próxima a Novillas, el Ayuntamiento ha advertido a los vecinos que estén preparados para una posible evacuación del casco urbano. En Pradilla y en Novillas, además, las aguas del Ebro superan los ocho metros de altura desde el jueves por la tarde.
Navarra
A pesar de que la situación de los ríos está mejorando con el paso de las horas, todavía hay algunos puntos calientes con alertas por crecidas. Es el caso de Tudela y Castejón, donde se espera que se alcance el pico de la avenida del Ebro en Tudela para primeras horas de este viernes, después de que esta madrugada en Castejón alcanzara los 2.587 metros cúbicos por segundo y los 7,5 metros de altura.
Otros municipios que aún están manteniendo la guardia son Erroz y la misma Pamplona, donde se han producido dos importantes avenidas por el río Arga, perteneciente a la cuenca hidrográfica del Ebro. Por ello, la Policía Municipal ha establecido múltiples restricciones al tráfico en la ciudad.
La Rioja
En La Rioja el Ebro ya ha alcanzado su máximo caudal durante la madrugada, pero aún algunos municipios siguen pendientes de la evolución del río. Es el caso de Alfaro, donde diversos caminos están cortados y otras zonas se encuentran inundadas.
Otra localidad que está en alerta es Haro, donde el aumento de los caudales amenazó a las edificaciones cercanas a los cauces. Incluso en Logroño ya se han producido algunas anegaciones en zonas como los aledaños del restaurante El Rincón de Julio, donde empezaron a ver aflorar el agua, y tuvieron que achicarla.