De todas las especies invasoras, estas son las más peligrosas que Europa quiere eliminar de inmediato

  • La especie más preocupante, aunque no está establecida, es el cangrejo de río oxidado

  • Le siguen varias especies de peces, mamíferos, insectos, reptiles y plantas

  • En España, preocupa la serpiente real común, establecida en Gran Canaria

La urgencia por eliminar las especies invasoras es mayúscula. Cada vez más, escuchamos de insectos que cruzan nuestras fronteras sin que se tenga conocimiento de ello y proliferan en las sombras, hasta que se convierten en un problema muy visible. Por ello, la Unión Europea se ha reunido para priorizar la erradicación de las más peligrosas en el viejo continente en función a unos criterios.

La Universidad de Newcastle y la Agencia Belga de Naturaleza y Bosques, junto con la Universidad de Córdoba, han liderado el comité de expertos para establecer cuáles son las especies aún sin establecer pero en considerable emergencia en Europa que corre prisa erradicar.

El peligroso cangrejo de río oxidado

La más preocupante, han concluido, es el cangrejo de río oxidado (Faxonius rusticus), un crustáceo grande nativo de algunas regiones de agua dulce de Estados Unidos. Por su tamaño y por su agresividad, es difícil que peces o incluso mamíferos se atrevan a enfrentarse, y por tanto no tiene complicación en hacerse con el hábitat de especies nativas, por lo que es importante establecer técnicas para evitar que pueda llegar a Europa, puesto que por ahora no se sabe de ningún punto donde se haya establecido. “La primera población europea se detectó en Francia en 2019”, dice el informe publicado por los biólogos.

En la lista le siguen:

  • Siete especies de peces de agua dulce: el pez cabeza de serpiente del norte (Channa argus), nativo de Rusia, China y Corea, que se detectó por primera vez en Checoslovaquia en 1956; el pequeño pez mosquito (Gambusia affinis) de Norteamérica, que se come los huevos de peces autóctonos y algunos invertebrados; la lobina de boca chica (Micropterus dolomieu); la locha de fango (Misgurnus mizolepis) de origen tropical pero con una alta capacidad de adaptación; la tilapia azul (Oreochromis aureus) de hasta 45 centímetros; la tilapia de Mozambique (Oreochromis mossambicus), considerada de las especies invasoras más dañinas del mundo por su dieta omnívora, y la tilapia del Nilo (Oreochromis niloticus), que puede medir hasta 60 cm.
  • Tres plantas terrestres: la Cryptostegia grandiflora que crece abrazando árboles de hasta 15 metros hasta que los asfixia, la Lonicera morrowii o madreselva de Morrow que roba el bosque a las plantas nativas y crece rápidamente, y Rubus rosifolius o zarza de hoja de rosa que se entromete en el sotobosque de las selvas tropicales.
  • Tres insectos: la hormiga aguja asiática (Pachycondyla chinensis), que desplaza a las hormigas nativas y especies de artrópodos, la cola de cuerno azul-negra (Sirex ermak), un gusano que devora los tomates con mucha destreza, y la hormiga roja de fuego importada (Solenopsis invicta), que además de afectar a cultivos y poblaciones locales de insectos, pica a los humanos.
  • Dos mamíferos: el pósum de cola de cepillo o zarigüeya australiana, que a pesar de su aspecto simpático está entre las 100 especies invasoras más dañinas del mundo porque come desde follaje y frutas hasta nidos de aves, y el coatí de cola anillada sudamericano, que se adapta con facilidad y altera los ecosistemas locales.
  • Y un reptil: la Lampropeltis getula o serpiente real común que se ha extendido en Gran Canaria, que se alimenta de roedores, aves, lagartos, ranas y serpientes, incluso las venenosas. Es de las más preocupantes con presencia en España.

También estarían en la lista otras especies como el ave myna común, el sapo bereber o el pequeño bulbul de ventilación roja.

“Se identificaron aproximadamente 12 métodos diferentes de erradicación”, dice el estudio, entre los que destacan la caza de estos animales, las trampas, los herbicidas, la pesca eléctrica, las redes también para el caso de los peces, los cebos y los insecticidas, aunque en algunos casos como el del pósum de cola de cepillo se suele recurrir a la esterilización. El costo de estas medidas oscilaría entre el medio millón y el millón y medio de euros.