Un estudio encontró que incluso cuando un niño tiene dos padres miopes, sino pasa suficiente tiempo al aire libre, la amenaza genética de la miopía le aumenta aproximadamente un 60%. Un estudio reciente sobre gemelos agrega aún más peso a esa idea, debido a que sugiere que hay varios factores ambientales que pueden influir en el desarrollo de la miopía.
"No hay mucho que puedas hacer cuando nazca tu hijo ... pero los periodos en interiores haciendo actividades de interior aumentan tu riesgo de miopía", explicó a The Guardian la coautora Katie Williams, que estudia trastornos oculares en el King's College de Londres.
La investigación siguió a 1.991 gemelos, nacidos entre 1994 y 1996 en el Reino Unido, utilizando datos del estudio de desarrollo temprano de los gemelos. Durante los primeros dieciséis años de vida, los investigadores analizaron el desarrollo, el comportamiento y la educación de cada niño a través de cuestionarios y pruebas, así como la recolección de pruebas oculares.
Curiosamente, el estudio identificó cuatro factores ambientales principales relacionados con la miopía, y algunos de ellos fueron bastante inesperados. El estudio descubrió, por ejemplo, que los niños nacidos por tratamiento de fertilidad tenían un 25-30% menos de probabilidades de desarrollar miopía.
"Esto podría, en parte, estar relacionado con el hecho de que los bebés nacidos después del tratamiento de fertilidad tienden a tener un menor peso al nacer y una gestación más corta y, en algunos, pero no en todos los estudios, retraso en el desarrollo y puntuaciones cognitivas reducidas", escriben los autores.
El estudio también encontró que los nacidos durante el verano tenían el doble de probabilidades de desarrollar miopía, probablemente porque comienzan a ir a la escuela más jóvenes que muchos de sus compañeros.
Además, por cada nivel de educación superior que tenía la madre, las probabilidades de que el adolescente tuviera la enfermedad aumentaron en un 33%. Esto podría tener algo que ver con el vínculo entre la inteligencia y la miopía, aunque probablemente también influyan factores sociales como la clase y la riqueza.
Y luego, por supuesto, está la tecnología. En el estudio de los gemelos, las horas dedicadas a los juegos de computadora en la adolescencia temprana también aumentan las probabilidades de volverse miopes. Esto no es simplemente porque la exposición a las pantallas es mala para los ojos, sino que también refleja el poco tiempo que las personas pasan al aire libre, un fenómeno relativamente moderno que se ha encontrado que perjudica el desarrollo de los ojos.
"El aumento del tiempo que dedicamos a mirar la pantalla a causa de los juegos, las redes sociales y el entretenimiento digital ha llevado a un aumento en el comportamiento sedentario, una dieta deficiente y una falta de actividad al aire libre", sugieren los autores.
Los investigadores reiteran, sin embargo, que estos factores ambientales solo se correlacionan con la miopía, y, como tales, no necesariamente causan miopía.
No obstante, este estudio puede que sea limitado, puesto que se realizó en niños nacidos en los años 90, antes de la era de los teléfonos inteligentes y otros dispositivos portátiles. Hoy en día, con los ojos pegados a la pantalla, sin importar dónde estemos, incluso si estamos al aire libre, es probable que el problema sea aún peor.
"La rápida adopción de dispositivos inteligentes en niños agrega una nueva dimensión a la forma en que definimos y cuantificamos la actividad cercana al trabajo", concluyen los autores. "El papel de los dispositivos inteligentes, cuantificado como tiempo de pantalla del dispositivo, también debe ser investigado", añaden.
El número de miopes aumenta cada año
La miopía es cada vez más común en todo el mundo. Para el 2050, casi 4.800 millones de personas se verán afectadas por este desorden visual, que es aproximadamente 2.800 millones más que en 2010.
En China, donde más del 90 por ciento de los jóvenes son miopes y, por ello, el problema ya se considera una epidemia.
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