Los bomberos y Unidad Militar de Emergencias llevan todo el fin de semana intentando apagar el incendio, considerado por algunas fuentes como el más grave de Ceuta en 25 años. El panorama que ha dejado, tras haberse declarado 'controlado', es desolador.
Durante el periplo los vecinos han estado muy atentos a la situación desde los tejados: "Los nervios lo tenía a 100 por hora, toda la noche también, aquí arriba vigilando por si había algo de fuego", explica con temor un ciudadano afectado.
Hasta el momento ha sido necesaria la evacuación de más de 500 viviendas en la zona: "Ahora nos han dicho que nos vayamos de la casa ya", comentaba este domingo una vecina. Como ellos mismos explican a los medios, han tenido poco minutos para salir de sus casas y solo han podido portar consigo documentación y medicinas. Los servicios de emergencia les han dado "agua, zumos y equipo de protección como mascarillas y gafas", ha explicado uno de los responsables.
En total han ardido 72,9 hectáreas en uno de los pulmones de la ciudad y el incendio hasta hace unas pocas horas ha permanecido activo. De hecho, uno de los focos, el de Cabrerizas Altas, volvió a descontrolarse el domingo horas después de estar estable.
Causas desconocidas
Todavía no se conocen las causas del incendio, que ha comenzado en las inmediaciones del mirador de Isabel II y que se ha propagado con suma facilidad ayudado por las altas temperaturas y las fuertes rachas de viento de Poniente.
Los servicios de emergencia han estado desbordados combatiendo el incendio el monte García Aldave. Tanto es así que el gobierno ceutí solicitó el apoyo de medios aéreos para sofocar las llamas. La presencia de la Policía Local y Policía Nacional ha sido muy importante para facilitar el trabajo a los efectivos.
Este no ha sido el único foco, sino que horas después de que comenzara, se produjo otro foco cerca del lugar, provocando el desalojo de los vecinos de Serrallo y Cabrerizas Altas.
Se espera que a lo largo del día el Gobierno de la ciudad de explicaciones acerca de lo ocurrido y de la falta de medios para enfrentarse al fuego, aunque los vecinos coinciden el esmero que han puesto los servicios de emergencia.