Snowfarming: la nueva técnica con paja que aguanta la nieve para que puedas esquiar

Cristina Abel 02/12/2018 11:17

El impacto de la subida de las temperaturas en la flora y la fauna de las zonas de alta montaña ya son una evidencia, por eso, urge poner en marcha no solo medidas para rebajar la emisión de gases invernadero para su propia supervivencia, también por los efectos colaterales en zonas de enorme valor medioambiental.

La subida de temperaturas, la variabilidad y disminución de precipitaciones y la reducción de la capa de nieve tiene también sus consecuencias en los sectores socioeconómicos que viven de la práctica de los deportes de invierno, que son muchos.

En las últimas décadas, según las conclusiones del Observatorio Pirenaico del Cambio Climático, los días esquiables (acumulación de nieve de 30 centímetros) han disminuido. Asimismo, la fecha de inicio de la temporada se ha ido "retrasando progresivamente" entre cinco y 55 días en las estaciones con la cota baja y entre cinco y 30, en las cotas medias. Además, desde 1984 han desaparecido más de la mitad de los glaciares y los que sobreviven lo hacen a duras penas y en acelerado retroceso.

Por estos y otros muchos motivos urge ponerse las pilas e incentivar medidas sin impacto medioambiental para preservar nuestras cumbres y estaciones y paliar las repercusiones tanto en sus ecosistemas como en los sectores sociales y económicos que dependen de la nieve. La Estación de Candanchú, la más antigua de España, es también pionera en llevar la voz cantante en este sentido y, además de la producción de nieve artificial a través de cañones, ha puesto en marcha este año el "snowfarming", "una técnica para almacenar nieve mediante la utilización de un aislante, en este caso paja", señala Abraham Bartolomé, director técnico de la estación.

El pasado mayo, los técnicos aprovecharon los cuatro metros de manto de las últimas nevadas, para apilarlos en una montaña a 1.500 metros de altitud. "Nuestro 'snowfarming' tenía una capacidad de 12.000 metros cúbicos, ocho metros de altura y cuando lo destapamos se ha podido conservar el 55-60% de la nieve", añade el experto.

Esta práctica, que ya se ha llevado a cabo en Francia, Suiza, Italia, Austria y los países nórdicos, utiliza distintos aislantes como lonas de telas especiales e incluso serrín. La ciudad de Sochi, sede de los Juegos Olímpicos de invierno de 2014, llevó a cabo esta práctica, al igual que en Davos y Estonia, y con resultados muy satisfactorios. "Hemos tenido curiosos tanto clientes, turistas como trabajadores de otras estaciones que se han interesado por la técnica", comenta Bartolomé.