Entrevista a Blue Jeans: "Hay dos preguntas que los chavales me hacen casi siempre"
Este 2 de abril salió a la venta su 18ª novela: La última vez que pienso en ti
El autor nacido en Carmona lleva más de 2 millones de copias vendidas de todos sus libros
A raíz de su nuevo lanzamiento, hemos hablado con el autor sobre el estado actual de la literatura juvenil en España
Ser escritor es complicado. Aunque la profesión esté muy romantizada desde siempre, la realidad es bastante diferente. Tiempos a veces imposibles, poco dinero, promociones maratonianas y un reconocimiento que, a veces no llega, o que tarda demasiado en llegar. Y sin contar lo destructivas de muchas críticas negativas o la cada vez más difícil situación de destacar en un mundo repleto de influencers e intereses comerciales. Blue Jeans, o lo que es lo mismo, Francisco de Paula, ha conseguido a base de esfuerzo y dedicación algo que muchos escritores solo pueden soñar: vivir de sus libros.
Este mes de abril publica su ya 18ª novela, ‘La última vez que pienso en ti’, un thriller juvenil centrado en el mundo editorial y con el día de Sant Jordi como telón de fondo. Su carrera comenzó con Canciones para Paula, hace ya quince años. El inicio de una trilogía y de una vida dedicada a los libros. Cuando llego él, la literatura juvenil en España estaba comenzando a despegar y a diferenciarse. Paula Gallego era la gran referencia con su trilogía de Memorias de Idhún. Pero en 2009 todo cambió. Y la llegada de Blue Jeans abrió las puertas a toda una generación de escritores y escritoras que vendrían detrás.
A raíz de su nuevo lanzamiento, hemos hablado con el autor sobre el estado actual de la literatura juvenil en España, de cómo es el proceso editorial, del fenómeno fan y, sobre todo, de la posibilidad de vivir de escribir en nuestro país.
Pregunta: ¿Cómo crees que ha cambiado la literatura juvenil en España en estos últimos 15 años?
Respuesta: Cuando yo llegué estaban de moda Crepúsculo, los libros de vampiros, de hombres lobo…, todas portadas oscuras en la selección de juvenil. En España estaba Laura Gallego y otros autores que siempre han estado ahí como Jordi Sierra i Fabra, Santiago García-Clairac, César Mallorquí, todos estos autores que se han convertido casi en autores clásicos de la literatura española. Pero es verdad que ahora llega un gran grupo de escritores jóvenes, unos que han nacido en Wattpad, sobre todo chicas, como Inma Rubiales, Joana Marcús, Mercedes Ron, Tamara Molina… y se han juntado a todos los que han ido formándose en estos años, como Iria y Selene, Javier Ruescas, más la nueva generación de chicos que han empezado tanto en TikTok como en Instagram, que ya están publicando libros con grandes editoriales. Así que creo que ahora hay muy buena salud de la literatura juvenil.
P: Aún así, literatura juvenil se sigue mirando con un poco de recelo. ¿A qué crees que se debe?
R: Yo creo que se debe a lo de siempre. A que cuando te conviertes en adulto tiendes a menospreciar o infravalorar lo que tiene que ver con los jóvenes. Siempre se dice que los jóvenes no leen, que los jóvenes tal, que los jóvenes cual, que si todos los días están con el teléfono móvil, que si pasan de todo… Y con esto te olvidas que tú has sido joven, que has tenido una edad, una edad de cambio, una edad complicada, una edad en la que estás buscando tu sitio, y que no se puede generalizar. Si tú te metes hoy en día en TikTok, hay cientos de cuentas de chavales, sobre todo chicas, que hablan de libros, que se curran los vídeos. Gente con un millón de seguidores y gente con 30 seguidores. Y eso, claro, tienes que conocerlo, tienes que saber lo que están haciendo estos jóvenes. Pero lo fácil es decir: “no, los jóvenes no leen, la literatura juvenil es de segunda, no son libros profundos, no son libros de verdad”.
A mí algunas veces me han preguntado: “bueno, ¿cuándo vas a dar el salto, cuándo vas a escribir de verdad?” Yo estoy súper orgulloso de escribir novela juvenil y estoy encantadísimo de escribir para la gente joven.
P: ¿Cómo vives el fenómeno fan? ¿Cómo crees que ha ido evolucionando en estos 15 años de carrera?
R: Yo, por suerte o por desgracia, soy una persona bastante tranquila. Intento tener los pies en el suelo, siempre los he tenido, porque sé tan bien lo que es estar en el otro lado, el que no te salgan las cosas, el no saber qué va a ser de tu vida, el estar en un pozo y no saber muy bien cuándo vas a salir de ahí. Y eso me ha ayudado luego a valorar lo que he ido consiguiendo y a que las cosas no se me suban a la cabeza.
Yo lo vivo en primera persona y no dejo de ser Paco, un chico que, o ya no tan chico, una persona que viene de un pueblo de Sevilla, de Carmona, que todo lo que ha conseguido ha sido con mucho esfuerzo, sin padrinos y sin madrinas, y que sigue siendo una persona totalmente normal y corriente.
Ahora hay muy buena salud de la literatura juvenil... Se han juntado escritores jóvenes de plataformas como Wattpad y los que se han ido formando en estos años, como Iria y Selene, Javier Ruescas, más la nueva generación que viene de TikTok e Instagram
P: Hablando de tu última novela, La última vez que pienso en ti, que ha salido este pasado 2 de abril, confirmas tu cambio al thriller juvenil. ¿Crees que es necesario un cambio así en una carrera literaria?
R: Depende del autor. Yo sí que lo necesité en un momento determinado. Me quité los corazoncitos de las portadas y me dediqué a asesinar a gente. Soy lector de novelas de misterio desde pequeño. Mi escritora preferida es Agatha Christie. Desde pequeño leía muchos libros además de este tipo, novelas de misterio, Sherlock Holmes, Lupin. Ahora soy lector de Dolores, Dolores Redondo, de John Verdon… Hay momentos en los que tienes que escapar de esa zona de confort, esa famosa zona de confort, porque puedes acomodarte, puedes terminar cansándote, puedes cansar también. Después de 10 libros con corazoncitos, hablando también con la editorial, vi que era bueno un cambio y la verdad que estoy muy a gusto con este tipo de libros.
Creo también que es muy importante escuchar a los lectores, escuchar a la gente con la que trabajas en la editorial, escuchar a tu familia. Es fundamental.
P: En tu nueva novela hablas mucho de todos los entresijos del mundo editorial. ¿Qué les ha parecido a tus editoras que hables sin tapujos sobre este proceso y que hables de las cosas buenas, pero también de las malas?
R: Pues mira, tengo la suerte de que me dejan escribir lo que me dé la gana. Tengo esa libertad. No sé si ganada o no ganada, pero tengo una libertad absoluta. Evidentemente tengo a mis editoras que cuando ven algo raro o ven algo que no está bien, pues opinan, lo comentamos y lo analizamos.
Eso sí, lo primero que me dijo mi editora es: “¿tú me ves como ves a la editora del libro?” Pero le respondí que no tenía nada que ver con ellas. Es un personaje, está muy exagerado, es un extremo. Con un fondo que es real, porque el fondo editorial es un sector que tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, como todos los sectores. Lo que pasa es que el libro está muy romantizado.
Se habla siempre de las musas, de los escritores que se encierran a escribir, de la inspiración. Esto tiene también su parte complicada. Nadie sabe cuánto cobra un escritor, ni lo que es un royalty, ni un adelanto, ni cómo funciona una publicación, ni qué es un editor. Nadie sabe qué se cobra en abril, nadie sabe qué es una vez al año. ¿Cuántos libros hay en una edición? ¿Qué es una reedición? Me apetecía tocar un poquito el tema. No me meto con nadie en concreto, pero hay ciertas cosas que yo lo dejo ahí. Eso sí, hay una nota de autor al final que especifica que ninguno de los personajes es nadie en concreto, que nadie se enfade, porque yo admiro muchísimo el sector.
Cuando te conviertes en adulto tiendes a menospreciar o infravalorar lo que tiene que ver con los jóvenes... Si tú te metes hoy en día en TikTok, hay cientos de cuentas de chavales, sobre todo chicas, que hablan de libros
P: ¿Crees que se puede vivir actualmente hoy de ser escritor en España?
R: La mayoría de la gente no puede vivir de esto porque no llegan las cifras. Yo en mi caso llevo viviendo de los libros del año 2010. Poder se puede. Pero hay una serie de condicionantes que tienen que pasar, que se tienen que alinear los astros para que realmente se pueda vivir y se pueda vivir muchos años de esto. Es verdad que es una profesión súper efímera. Se cobra una vez al año y muchas veces no tienen ni idea de por dónde va a ir ese año. Y, si te va bien un año o dos años, tienes que ser hormiguita para guardar, porque seguramente al tercer año ya no te vaya tan bien. Cada libro funciona de manera distinta. Muchas veces no saben ni por qué uno tiene éxito y por qué el otro, que a lo mejor piensas que está mejor, ese no funciona.
Se puede vivir porque hay gente que vive de ello, pero es muy complicado. También le digo yo a los chicos que empiezan, que si yo lo he conseguido, cualquier persona que se esfuerce con trabajo, con dedicación, con ilusión y que no se rinda, puede conseguirlo, pero hay que trabajarlo y hay que currárselo y no siempre vas a tener ese éxito.
P: ¿Se puede ser rico siendo escritor en España?
R: Hay dos preguntas que a mí casi siempre me hacen cuando, sobre todo, son muchos chavales y no todos son lectores. El lector te pregunta directamente por el libro, por el proceso, pero cuando hay chicos que a lo mejor no leen o no escuchan nada, si vas a un instituto o a un colegio, te preguntan eso, por el dinero y si se liga mucho.
Aquí no hay el disco de oro, ¿no? No se sabe cuántos libros has vendido, no se sabe cuánto es una tirada. Eso te enteras, muchas veces te enteras el día que te entregan la liquidación. Entonces, es un mundo con muchas cosas que no se saben. Tengo muchos amigos escritores y viven de los libros y hablan exclusiva de los libros, pero es muy difícil.
P: ¿Habría que cambiar algo en este proceso de crear un libro, sobre todo por la opacidad con las que trabaja muchas veces esta industria?
Es algo que he hablado con otros autores. Para algunos está bien que haya ese secretismo, porque en realidad a nadie le importa lo que tú vendas o lo que dejes de vender.
Claro, si vendes muchos, eso puede generar un... como cuando te ponen en tercera edición, ¿no? O te ponen... ha vendido más de dos millones de libros o cosas así, ¿no? Eso te vende y el lector luego lo lee y dice: “a lo mejor es bueno si tiene tantos libros vendidos”. Pero esto a veces genera cierta competencia entre autores.
Es verdad que es un mundo como muy cerrado, ¿no? Hasta que no estás dentro, no sabes cómo funciona. Cuando te preguntan, ¿cuánto dinero ganas por cada libro? Y le digo, mira, el libro cuesta 20 euros, ¿cuánto crees que me llevo de cada libro? “Ah, pues te lleva 10, 12 euros”. Yo respondo siempre:, ¿tú sabes cuánta gente cobra dinero del libro y quién es el que menos se lleva? Pues el que menos se lleva es el autor porque tienes que repartir entre distribuidor, librero, editorial y Hacienda. Bueno, y si tienes agente, pues tienen un porcentaje también. O sea, que comemos mucha gente de un solo libro.
“Es que el libro es muy caro”. Sí, es muy caro, pero depende con qué lo compares. Si tú te pides una pizza a cuatro quesos que te cuesta 25 euros y te compras un libro, pues igual la cara es la pizza, ¿no? Es un mundo muy desconocido para el público en general.
Creo que mis personajes del colectivo LGTBIQ+ son personajes naturales, que no se habla de ellos en concreto porque sean del colectivo, sino que ser gay, ser homosexual, ser lesbiana, ser trans, pertenecer al colectivo, es algo que va en el personaje
P: Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los artistas y los escritores es el Síndrome del Impostor. ¿Lo has superado, lo has tenido alguna vez o hay que convivir con ello continuamente?
R: Yo lo tenía antes de que se llamara así ya. Aunque es verdad que ahora todo el mundo habla de ello. Ya no solamente con el libro, con todo. A ver, yo lo que me pasa con cada libro, aparte de los nervios del lanzamiento, es que no sabes si el libro va a gustar, si no va a gustar, si has metido la pata, si no has metido la pata... Esa primera lectura de la editora, a ver qué piensa, a ver qué me dice, a ver qué no me dice, le habrá gustado, no le habrá gustado... Hay momentos en el proceso, en los meses que estás escribiendo, en los que hay varios días o varios momentos que dices... ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué porras estoy haciendo? No tiene ningún tipo de sentido. Hay días que dices... Pero qué párrafo, pero esta página que acabo de escribir…
Yo creo que es algo es algo intermitente. Yo recuerdo al principio, cada vez que terminaba de escribir un libro, decía... Vaya porquería de libro que acabo de escribir. Esto no hay por dónde cogerlo, una estrellita voy a tener en todas las reseñas. Luego lo leía una segunda vez, una tercera y decía... Bueno, está bien. La experiencia también te va dando ese sentimiento de decir... Ah, hoy no me sale, pero mañana seguro que me va a salir.
P: ¿Necesitamos más diversidad en la literatura juvenil o crees que estamos yendo por el buen camino y que están yendo bien las cosas?
R: Mira, cuando yo escribí El diario de Meri (Meri de El Club de los incomprendidos), muchas chicas en España y muchas en Latinoamérica, sobre todo, me dieron las gracias por escribir ese libro. Porque no era tan habitual que una chica dijera que era lesbiana en un libro. Y creo que hoy en día, igual que el tema de la salud mental, el tema de la diversidad LGTBIQ+ ha dejado de ser tabú en los libros. Es verdad que todavía hay que trabajar mucho y que hay gente que todavía tiene una mentalidad diferente. En mi último libro se trata de ese tipo de mentalidad, ese padre que su hija le dice que le gustan las chicas. Y el padre la quiere muchísimo y quiere comprenderla, pero no termina de entenderla, se crea un conflicto.
Y es un conflicto que se va generando y creo que sí, que es un tema que se habla en los libros y yo creo que se debería tratar de manera natural. Es decir, creo que mis personajes del colectivo son personajes naturales, que no se habla de ellos en concreto porque sean del colectivo LGTBIQ+, sino que ser gay, ser homosexual, ser lesbiana, ser trans, pertenecer al colectivo, es algo que va en el personaje y que no tengo que incidir en ello y machacarlo. Porque creo que la manera de que todos lo veamos como lo que es, como es una cosa absolutamente normal y corriente, pues es naturalizando.
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