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Así es la galería de Apolo del Louvre de París, la sala en la que ha tenido lugar el robo de varias joyas

Imagen de archivo de la sala de Apolo del museo del Louvre de París. Museo Louvre
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El museo más visitado del mundo, el Louvre, en París ha sufrido un robo de película. En cuestión de minutos, los ladrones han logrado hacerse con un botín de varias joyas cuyo valor es incalculable. Las piezas sustraídas estaban expuestas en la icónica ‘galerie d’Apollon’ (en español, galería de Apolo), un espacio que no solo destaca por la colección que alberga, sino por su historia y su propia presencia arquitectónica. Es uno de los mejores ejemplos de arte barroco en Francia.

La sala de Apolo se ubica en el primer piso del ala Denon, sobre la ‘Petite Galerie’ (en español, Pequeña Galería), al que los ladrones habrían accedido aprovechando la instalación de un montacargas por unas obras de renovación que se están llevando a cabo. Allí usaron pequeñas motosierras para romper los cristales y hacerse con el botín antes de huir en motocicletas.

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La sala de Apolo, un espacio con casi 400 años de historia

El espacio, con casi 400 años de historia, tiene unos 600 m² de superficie (61,34 m de largo por 15 m de alto) y ha servido de modelo para la ‘galerie des Glaces’ (en español, la galería de los Espejos) del Palacio de Versalles. Cuenta con más de 100 obras entre pinturas, esculturas y tapices y alberga en sus vitrinas la exposición de las joyas de la corona francesa con diamantes tan valiosos como el Régent, que no ha sido sustraído en el robo.

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No es casualidad que las joyas más preciadas de Francia se hallen en esta sala. El espacio fue construido como imagen del poder absoluto y, paradójicamente, es aquí donde ha tenido lugar el robo de varias piezas con "un valor patrimonial e histórico incalculable", según ha destacado la ministra francesa de Cultura, Rachida Dati, tras lo ocurrido.

El origen de su construcción se remonta a 1661, cuando se produjo un incendio que arrasó la ‘Petite Galerie’, creada bajo el reinado de Enrique VI. Tras este suceso, su nieto, Luis XIV, conocido como el rey Sol (un apodo que él mismo adoptó), tomó la decisión de iniciar la creación de una galería aún más bonita y opulenta como imagen del emblema que había escogió durante su coronación. Así, la sala recibió su nombre por Apolo, el dios griego del sol y con el que Luis XIV se identificaba al percibir que todo giraba en torno a él.

Para la decoración de la sala, Luis XIV contó con el arquitecto Louis Le Vau y con el pintor Charles Le Brun, quien se encargó de decorar la bóveda con pinturas que representan a Apolo recorriendo el cielo en su carro en distintos momentos del día, con signos zodiacales, continentes y estaciones. Sin embargo, en 1682, Luis XIV se trasladó a Versalles y la obra quedó inacabada.

Tuvieron que pasar dos siglos para que la obra se retomase. En 1850, Eugène Delacroix recibió el encargo de crear una obra de 12 metros de ancho para decorar el centro del techo, ‘Apolo vence a la serpiente Pitón’, una metáfora del triunfo de la luz sobre la oscuridad.

Colección de las joyas de la corona

En esta época, bajo la dirección de Félix Duban también se completó la decoración de las paredes, incluyendo tapices de los retratos de 28 soberanos y artistas que, a lo largo de los siglos, habían construido y embellecido el lugar.

Años después, en 1887, fue cuando se decidió colocar en esta sala la colección de piedras preciosas y joyas de la Corona Francia, un conjunto del que los ladrones han logrado llevarse consigo varias piezas.