"Ángel González era un resistente"

JOSÉ MIGUEL NIETO 19/05/2009 12:33

En 'Mañana no será lo que Dios quiera', García Montero retrata la personalidad de Ángel González en su infancia. No tiene dudas a la hora de describir a su amigo: "Era un resistente. Vivió una infancia y juventud dura y aprendió la disciplina de la resistencia. Si tengo que definir su carácter, resaltaría que nunca cayó en el rencor. Utilizó sus experiencias dolorosas para negociar con la realidad y ponerse en el lugar de los otros. Tenía un sentido de la amistad muy alto, que aprendió en los tiempos de la guerra". Tiempos que pasó escondido en casa de su hermano Manuel: "Aprendió que ser amigo y abrir la puerta de tu casa a alguien era explorar la vida de un hermano".

A lo largo de su vida ha sido escritor, profesor, periodista... No esconde su pasión por la docencia, en la que se ha movido como pez en el agua durante 27 años, y evidentemente por la literatura. Pero es el periodismo lo que le hace abrir los ojos ante la realidad: "También me sirve para contenerme, porque soy muy vehemente. Cuando llego a casa, estoy sólo y veo la tele, digo muchas barbaridades. Exponer mis pensamientos me ayuda a ser más justo, a no dejarme llevar por mis ataques coléricos".

Reconoce que ha cambiado mucho, aunque todavía queden posos bien asentados del Luis García Montero de 'La otra sentimentalidad'. Pero para él, "la gente que no cambia malgasta su vida. No me gusta la gente que no cambia en 30 años. Yo he cambiado, he aprendido, he evolucionado... pero sigo considerándome leal al muchacho que empezó a escribir en los ochenta".

Defensa a ultranza de Benedetti

El poeta uruguayo ha calado hondo en García Montero. Por eso, no duda en criticar a los que le califican como un poeta menor: "La gente se engaña si confunde sencillez con falta de calidad. Pertenece a una tradición poética que ha buscado la sencillez, como hacían Machado o César Vallejo. Mario se defiende por sí sólo. Los que lo califican de menor tienen el problema de que ahí están sus libros. Recibió el mejor premio posible, participar en la educación sentimental de sus lectores, de su sociedad. En la poesía huele mucho a cerrado y de vez en cuando conviene abrir las ventanas para que entre aire limpio, que se de el diálogo entre lector y el poeta. Uno de los que abrió esa ventana fue Benedetti".

"La conciencia crítica debe ser independiente"

Para García Montero, escribir poesía es una obligación, una forma de vivir, pero no admite corsés. Sobre todo la poesía: "No tiene un horario fijo. La poesía no lo exige, pero cuando aparece lo hace con mucha autoridad. Se te mete el poema en la cabeza y piensas en él todo el día. En la ducha, en el water, mientras conduces... dando clase. Sin ir más lejos, uno de los poemas más conocidos de Jaime Gil de Biedma lo terminó en una reunión de trabajo. Lo más gracioso fue que reconoció que lo acabó mientras estaba hablando él mismo".1

Y casi una obligación también es mojarse políticamente, "como cualquier ciudadano. La conciencia crítica hay que ejercerla, pero debe ser independiente". Como lo ha hecho él con el tema de los campos de golf que el Ayuntamiento de Madrid ha construido en el distrito de Chamberí, donde vive: "Con la falta que hay en ese barrio, haber hecho un campo de golf es un disparate. En Madrid suceden cosas disparatadas y los madrileños muchas veces nos preocupamos de lo que ocurre fuera y eso nos despista de lo que sucede aquí".

Así, sencillo, del día a día, es Luis García Montero, que incluso nos ha dejado unos versos, a petición de un lector, que improvisó hace unos años para una chica y que se ha convertido, con el tiempo, en uno de sus poemas más recordados: "". Si alguna vez la vida te maltrata/ acuérdate de mí/ que no puede cansarse de esperar/aquel que no se cansa de mirarte

Las circunstancias han querido que hablásemos con Luis García Montero en unos días en los que nos han dejado dos figuras importantes del mundo de la cultura, como Antonio Vega y Mario Benedetti: "Antonio Vegale puso música a una generación y sus canciones se han convertido en himnos de los ochenta. Ha recibido el justo reconocimiento a la hora de su muerte. Mario fue maestro mío, lo conocí muy joven. Fue amigo y ayudó mucho a los escritores jóvenes. Ha hecho grandes poesías y novelas, como 'La Tregua'".