Quince aguafuertes resumen en León la visión de Richard Serra sobre el peso y la materia

AGENCIA EFE 10/07/2010 16:36

"Peso y Materia. Richard Serra, obra gráfica" plantea una mirada esclarecedora de parte importante de la obra de uno de los escultores más destacados del arte contemporáneo de la segunda mitad del siglo XX y de uno de los máximos exponentes del llamado "Postminimalismo".

La muestra que acoge la Fundación promovida por el empresario de origen leonés Antonino Fernández, propietario de la firma de cerveza Coronita, es una cuidada selección de la reciente obra gráfica del artista nacido en San Francisco (Estados Unidos) en 1939, según ha explicado la organización.

Se trata de quince aguafuertes de gran formato en los que Serra manifiesta una poderosa actitud sensorial, con grabados monocromos que comparten con sus esculturas las formas elípticas, sinuosas y los volúmenes curvos que recrean con grandes manchas de tinta negra.

"Mis grabados son principalmente estudios hechos después de que una escultura se ha concluido. Son el resultado de intentar evaluar y definir lo que me sorprende en una escultura, lo que yo no podría entender antes de que una obra fuera hecha", ha comentado el artista sobre su obra a la Fundación leonesa.

Ejemplo de ello es "Beetween the Torus and the Sphere", donde curvas negras invaden un lienzo plagado de salpicaduras, mientras que en "Paths and Edges" se transmite una sensación de tridimensionalidad, traduciendo al grabado el concepto de peso y el tamaño, de la misma forma que en sus esculturas.

En esta línea de investigación, se encuentra la serie "Weight" en la que pretende imitar planchas de acero de color negro con la intención de dotarlas de sensación de densidad, o la serie "Level", llamada así por la cantidad de masa pictórica negra que emplea en comparación con el espacio que queda en blanco en el papel, según la documentación facilitada por la Fundación.

A causa de la monumentalidad de los aguafuertes, Serra diseña con antelación los tanques especiales que utiliza para sumergir las enormes planchas de cobre en una solución de agua y ácido nítrico que corroe el cobre hasta obtener la mordida idónea.

Para conseguir este efecto de materialidad, el artista emplea entre cuatro y cinco días y hasta 500 gramos de tinta por cada impresión y culmina sus grabados aplicándoles una fina capa de barniz acrílico para permitir el enmarcado de las obras sin cristal, de manera que ningún elemento ajeno a la obra interfiera la visión de la misma.

El empleo sistemático del color negro en su obra gráfica, además del contraste que provoca contra el blanco de los fondos, responde a la voluntad de evitar connotaciones ilusionistas o riesgos metafóricos asociados al color.

El trabajo de Serra se fundamenta en la experimentación directa, física e intelectual de las posibilidades que ofrecen los materiales, aunque inició su carrera con intervenciones en el espacio urbano y en el paisaje con esculturas de gran fuerza que pretenden cambiar la percepción del entorno.

En los últimos años ha quedado patente el especial interés del artista por España, donde destacan sus intervenciones en el Centro de Arte Reina Sofía y "La Materia del Tiempo" que acoge el Museo Guggenheim de Bilbao.