"No sé ni cómo he podido hacerlo. Porque en este tiempo han pasado muchas cosas en mi vida. He tenido bajones espirituales; he perdido a amigos; me he mudado de casa y eso es un proceso que supone dejar atrás muchas cosas", cuenta, en una entrevista con Efe, Vicente Amigo, uno de los máximos exponentes de la guitarra flamenca.
Y además ha arrastrado una dolencia de espalda que en ocasiones le impedía "hasta tocar la guitarra o salir de casa", una lesión que parece haber superado con una operación, poco antes de preparar su nuevo trabajo discográfico y de emprender, el 8 de mayo en Bélgica, una gira de conciertos que le llevará a actuar el 16 de mayo en Bilbao, el 18 en Madrid y el 18 de junio en Barcelona.
"Yo creo que la grabación de este disco es lo que me ha hecho tirar para adelante", explica este guitarrista, que este año recibirá, con el premio "Castillete de Oro", el homenaje del Festival del Cante de las Minas de La Unión, uno de los encuentros más importantes del flamenco.
En 1989, en aquel festival, Vicente Amigo recibió "el empujón definitivo para tirarme al barro" y emprender su carrera como solista, una carrera que le ha llevado a que la coletilla de ser el sucesor de Paco de Lucía le persiga, más bien a su pesar, a trabajar y compartir escenario con artistas como Camarón de la Isla, Sting, John McLaughlin o Milton Nascimiento o a lograr un Grammy Latino con alguno de sus anteriores trabajos discográficos.
Conocido en Japón como "El príncipe del flamenco", Vicente Amigo no ha dejado de lado tampoco en su nuevo disco su espíritu inquieto y renovador, y se ha atrevido a "tener una pequeña aventura" con la guitarra eléctrica, que toca en el tema "Bolero del amigo". "No he querido demostrar nada. Es un solo honesto porque está hecho desde el respeto", dice.
Y también se ha querido acercar al pop "desde la perspectiva de un flamenco", en canciones como "Y será verdad", a la que pone voz Alejandro Sanz, acompañado por Enrique Morente.
Ellos, junto a Estrella Morente, Niña Pastori, Rafael de Utrera, Nani Cortes, Miguel Ortega y José Parra son las voces que acompañan al guitarrista en las nueve canciones de este nuevo trabajo, interpretando unas letras que ha compuesto Vicente Amigo y en las que confiesa que "nunca estuve preparado para nada que no fuera mi fracaso" o expresa su amor a los toros ("para mí no son una fiesta, son puro arte", afirma) y, en definitiva, plasma "el amor a lo que hago, a la música y al arte".
"Paseo de Gracia", título del disco y de uno de sus temas, es una referencia a un momento que pasó en esta zona de Barcelona y también algo más: "no es un lugar de una ciudad, es un lugar de la mente, un sueño de hacer ese paseo y de llegar a ese estado de ánimo", cuando la búsqueda de "paz y tranquilidad" encuentra un escenario.
Y es que para este guitarrista que a los 15 años ya hacía sus primeras giras internacionales acompañando a Juan Muñoz, "El tomate", y a Manolo Sanlúcar, el éxito "no es un camino de rosas, aunque lo parezca", porque "siempre nos preocupa estar a la altura", incluso en los momentos de depresión en los que "cuesta estar lo más cerca del cien por cien, que es donde tú quieres estar".