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Es la energía de moda. El hidrógeno verde está llamado en convertirse en el pilar para descarbonizar la economía en los próximos años. Es la versión sostenible del que se utiliza ahora en la mayor parte de los procesos industriales, el llamado hidrógeno gris, que se genera con gas natural. El verde, en cambio, se obtiene con energías renovables y en ese proceso no se emite CO2.
Es muy importante porque se puede utilizar para descarbonizar toda esa parte de la economía que no es fácil de convertir en eléctrica; fundamentalmente, la industria (siderurgia, químicas, hidrocarburos, fertilizantes…) y el transporte de mercancías. Hasta ahora, su uso es prácticamente anecdótico, supone apenas un 0,01% del que se consume en España y era muy caro si se comparaba con su versión más contaminante, el gris. Pero los altos precios del gas, que se han disparado hasta niveles desconocidos desde el pasado verano, han cambiado completamente ese escenario.
“No se está analizando esa subida de los precios. Todos los informes de la Agencia Internacional de la Energía sitúan el precio del hidrógeno gris en los niveles anteriores y plantean una subida según van creciendo los precios de las emisiones de CO2. Pero las curvas parten de un precio de 1,5 euros el kilo de hidrógeno, que es el precio asociado a lo que costaba el gas natural en 2019. Eso es pasado”, señala Marcos Rupérez, consultor experto en hidrógeno y pilas de combustible.
Según sus cálculos, con el gas en el nivel actual de 78 euros por megawatio, el precio de generar un kilo de hidrógeno gris alcanzaría los 4,1 euros; mientras que el del hidrógeno verde estaría en los 3,2 euros.
Esta evolución del mercado del gas ha hecho saltar por los aires, al menos de momento, las previsiones que situaban en 2026 (o más allá) el momento en que se produjera la paridad en los precios de las dos tecnologías, y eso asumiendo que iba a llegar solo cuando los precios de producir hidrógeno renovable bajaran con el mayor desarrollo de los sistemas.
“Hoy en día, con los precios del gas que cuatriplican la media de los últimos años, el hidrógeno gris es el que tiene que alcanzar los mejores precios del verde. Aunque probablemente sea coyuntural y en un plazo medio se vuelva a la situación anterior, los inversores ya estarán muy preocupados con la volatilidad del precio, que igual que baja, puede volver a subir", explica Rupérez.
Además, añade, aunque hay épocas en que el verde vuelva a ser más caro, su precio está garantizado. "Con este sistema adquieres independencia energética y económica ya que depende de la energía renovable”.
Porque además, aunque el precio del gas ahora está muy lejos del máximo alcanzado a finales del pasado diciembre cuando se marcaron los 183 € el MWh, los mercados de futuros no dan señales, al menos en los próximos seis meses, de que se vuelva a los niveles de hace dos años.
“En la competencia entre las energías fósiles y las renovables, que el precio de las primeras suba mucho no es agradable para la economía, pero es un catalizador bestial para que las segundas sean más rentables. Aunque esta situación fuera coyuntural, el impulso que va a dar es potente” dice el experto.
Los proyectos para impulsar el hidrógeno sostenible se enmarcan en la estrategia del Gobierno para considerar el desarrollo de esta tecnología como una prioridad en los próximos años, que servirá para alcanzar la neutralidad climática y un sistema eléctrico 100% renovable en 2050.
La subida de los precios del gas natural, que ha encarecido la producción del hidrógeno gris, ha llegado justo cuando ya estaban sobre la mesa los planes para impulsar de forma decida el verde.
El último gran proyecto con esta tecnología se ha presentado este mismo martes y lo ha hecho Repsol, el primer productor y consumidor de hidrógeno en España, y que emplea este gas en sus diferentes negocios. La compañía ha anunciado que invertirá hasta 2.549 millones de euros para impulsar el hidrógeno verde y lograr instalar una capacidad de 1,9 GW hasta 2030. Además, lidera el consorcio integrado por 33 entidades de diferentes sectores, creado para promover proyectos de hidrógeno 'verde' en todos los ámbitos de la economía española y fomentar la descarbonización.
La energética BP, por su parte, acaba de firmar dos acuerdos de colaboración para contribuir a los objetivos de descarbonización de la industria cerámica, con la conversión de su refinería de Castellón en un centro de energía limpia que producirá y suministrará hidrógeno (y otras renovables) a estas fábricas.
Y, también Iberdrola, que ya puso en marcha en 2020 un proyecto para construir plantas de hidrógeno con Fertiberia, anunció el pasado diciembre que construiría junto a la sueca H2 Green Steel una planta de hidrógeno verde en la Península Ibérica. Costará 2.300 millones de euros y permitirá alimentar con combustible limpio un horno con capacidad para producir dos millones de toneladas al año de acero.
Además, Endesa y Cepsa han suscrito una alianza para impulsar un proyecto de hidrógeno verde en Andalucía para suministrar hidrógeno verde a las refinerías y petroquímicas de Huelva y Algeciras.