Concurso de acreedores: qué es, cómo funciona y cuándo es posible llevarlo a cabo

  • El concurso de acreedores permite a empresas y personas físicas reestructurar sus deudas

  • Desde hace algunos años existe también el llamado concurso de la persona física

  • Existe un registro publico de concursos dónde puedes consultar la situación de este procedimiento

Cuando una empresa atraviesa apuros económicos se hace necesario buscar la manera de reflotarla o bien echar el cierre cuando no quede más remedio que dar este paso. Es en estos casos cuando entra en juego el llamado concurso de acreedores, un procedimiento que antes se hacía llamar ‘quiebra’ y que, en contra de lo que suele creerse, tiene como fin mantener la viabilidad de la empresa, a través de la búsqueda de acuerdos con sus acreedores, si bien también será el procedimiento adecuado para su liquidación y cierre cuando ésta sea la última vía. ¿Qué es un concurso de acreedores? ¿Cómo saber si mi empresa ha entrado en concurso de acreedores o si tiene obligación de declararse en concurso?

Concurso de acreedores: qué es y cuándo se convoca

El concurso de acreedores es un procedimiento que se aplica cuando una empresa no puede hacer frente con normalidad a sus obligaciones de pago. Además, desde hace algunos años existe también el llamado concurso de la persona física (a través de la Ley de Segunda Oportunidad), un procedimiento destinado específicamente a personas individuales o autónomos en situación de endeudamiento. El objetivo en ambos casos es, entre otras cosas, acotar los medios de que se dispone para hacer frente a los pagos pendientes, así como la cuantía de la deuda que se debe, en búsqueda de acuerdos para repartir el patrimonio de la empresa entre los acreedores sin lastrar de por vida al deudor.

Así, con esta herramienta es posible que, en el caso de una persona física, ésta pueda comenzar de cero quedando libre de ciertas cifras deudas (siempre que se cumplan determinados requisitos) o renegociando los pagos (con quitas, aplazamientos, etc.), lo que también se aplica a la empresa. Con la ayuda del llamado administrador concursal, se atenderán los pagos pendientes y se intentará que la empresa siga con su actividad siempre que ello sea posible.

Además, si eres empresario es importante que sepas que existe un momento determinado en el que estás obligado a presentar un concurso de acreedores de forma voluntaria. Se trata del llamado concurso voluntario, que debe presentarse dentro de los dos meses siguientes a la fecha en que el deudor (o, en su caso, sus representantes legales, administradores o liquidadores) tengan conocimiento del estado de insolvencia. Se considerará que existe este conocimiento en los siguientes casos:

  • Cuando exista algún proceso de ejecución o apremio contra el deudor, sin que el embargo de sus bienes baste para satisfacer el pago.
  • Retraso general en el pago corriente de sus obligaciones.
  • Existencia de embargos por ejecuciones pendientes que afecten de una manera general al patrimonio del deudor.
  • Alzamiento o liquidación apresurada o ruinosa de sus bienes por el deudor.
  • Incumplimiento generalizado de obligaciones tributarias con la Seguridad Social, salarios e indemnizaciones... en los tres meses anteriores a la solicitud de concurso.

En general, siempre será mejor presente un concurso voluntario que esperar a que la situación empeore: cuanto antes se tome acción para solventar la situación de insolvencia, más posibilidades de remontar tendrá la empresa.

Cómo saber si mi empresa ha entrado en concurso de acreedores

Desde el punto de vista del trabajador, entrarse de que tu empresa ha entrado en concurso de acreedores puede suponer un duro trago, ya que tu futuro como empleado puede verse comprometido. En estos casos, es importante saber que las deudas que la empresas pueda tener contigo como empleado (sueldos y salarios) tiene prioridad con respecto al resto, de forma que serán las primeras en pagarse en caso de que la empresa deba cerrar debido a su endeudamiento, aunque con ciertos límites.

Tal y como recuerda Legálitas, si tu empresa deja de abonar tu salario, puedes reclamar su pago presentando una demanda de reclamación de cantidad ante los Juzgados de lo Social. Además, podrás solicitar la extinción del contrato de trabajo si el retraso o el impago de las nóminas es reiterado.

Por otro lado, si la empresa entra en concurso y no tiene liquidez para abonar las nóminas y/o indemnizaciones, el Fondo de Garantía Salarial asumirá su pago, aunque con ciertos límites. En lo relativo a lo salarios, este límite estará en la cuantía resultante de la multiplicación por dos del salario mínimo interprofesional (SMI) diario (con inclusión de las pagas extra) por el número de jornadas laborales pendientes de pago (máximo, en este aspecto, de 20 días).

Además, el límite máximo de indemnizaciones por parte del Fogasa será de una anualidad y el salario diario, base del cálculo y que incluye las pagas extra, no podrá rebasar el doble del SMI.

Por último, si tienes dudas sobre si tu empresa ha entrado en concurso de acreedores sin tu conocimiento, debes saber que el Boletín Oficial de Estado (BOE) publica la situación de concurso de acreedores de las empresas que lo hayan solicitado. Además, existe un registro publico de concursos dónde puedes consultar la situación de este procedimiento.