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Más allá del impacto emocional, el divorcio tiene consecuencias palpables sobre la estabilidad económica. En 2023, España registró 80 065 divorcios, un descenso del 5,3 % en comparación con el año anterior. Además, los costes legales asociados pueden oscilar entre los 3.000 y 15.000 euros según los expertos. Pero quienes atraviesan esta etapa se enfrentan una tensión financiera real, por la posible pérdida de renta, el riesgo de pobreza e incluso el aumento de la carga emocional, especialmente para las mujeres, quienes soportan una mayor vulnerabilidad económica. Frente a esta realidad, expertos recomiendan estrategias concretas para blindar el patrimonio y sentar las bases de una nueva estabilidad financiera.

El régimen económico: primera línea de defensa

Una de las herramientas más eficaces para proteger bienes en caso de divorcio es el régimen económico matrimonial. En España, optar por la separación de bienes implica que cada cónyuge es titular en exclusiva de su patrimonio personal y responde de sus propias deudas, lo que evita arrastrar responsabilidades ajenas.

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La Cátedra de Empresa Familiar de la Universidad Internacional de Cataluña añade que bajo este régimen “cada cónyuge mantiene la propiedad, el control y la gestión exclusiva de sus bienes, tanto los adquiridos antes como durante el matrimonio”, protegiendo así, por ejemplo, activos de una empresa familiar

Inventariar, cerrar y abrir de nuevo

El primer paso práctico es realizar un inventario financiero exhaustivo. "Reúne todo: estados de cuenta bancarios, declaraciones de impuestos, saldos de tarjetas… si no sabes lo que tienes, no sabrás a qué tienes derecho”, aconseja el despacho especializado Abogado Martine.

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Con la información clara, llega un movimiento delicado pero necesario: cerrar o proteger las cuentas conjuntas. Esta acción previene que una de las partes siga acumulando deudas a nombre del otro. En paralelo, conviene abrir cuentas bancarias individuales y comenzar a construir un historial crediticio propio. La organización AARP lo resume con contundencia: “cerrar todas las cuentas bancarias” compartidas y “abrir cuentas financieras individuales” es clave para recuperar autonomía

Reorganizar tu futuro económico

El divorcio implica redefinir por completo la situación económica personal. Tras la ruptura conviene evaluar tu nueva realidad económica mediante un balance de ingresos, gastos, deudas, ahorros e inversiones, y reorganizar tu patrimonio con acciones como vender propiedades, refinanciar hipotecas o ajustar carteras de inversión.

La vivienda familiar suele ser el activo más sensible, no solo por su valor económico sino también por su peso emocional. De ahí que expertos recomienden analizar alternativas con realismo: desde la venta hasta la cesión de uso, evitando decisiones apresuradas que comprometan el patrimonio a largo plazo

Un punto de partida, no un final

El divorcio abre una etapa cargada de incertidumbres, pero también una oportunidad para reconstruir las finanzas sobre bases más sólidas. Optar por la separación de bienes, inventariar recursos, desligar cuentas conjuntas y replantear el patrimonio son pasos esenciales para garantizar seguridad en el corto plazo y margen de maniobra en el futuro.

Aunque el coste económico es inevitable, la clave está en minimizar riesgos y proyectar una nueva estrategia financiera que permita transformar la ruptura en un nuevo comienzo.