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Comprar coche de segunda mano: kilómetros recomendados y a partir de cuántos ya son demasiados

Coches de segunda mano. Telecinco.es
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La compra de un coche usado se ha convertido en una alternativa cada vez más común ante la constante subida de los precios de los vehículos nuevos. Sin embargo, no solo hay que fijarse en aspectos como el año de matriculación, sino que también se deben prestar atención a otros factores, y entre los que más influyen en la decisión de compra se encuentra el kilometraje. ¿Cuántos kilómetros son razonables en un coche de segunda mano? ¿A partir de qué cifra deberíamos encender las alertas? Las respuestas, como casi siempre, no son absolutas.

Un dato relativo: no todos los kilómetros desgastan igual

Lo primero que conviene recordar es que el kilometraje no es un dato aislado, sino que debe interpretarse en función del tipo de vehículo, el historial de mantenimiento y el uso que haya tenido. Un coche con 150.000 kilómetros hechos mayoritariamente en autopista puede estar en mejor estado que otro con 80.000 recorridos en trayectos urbanos.

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Lo habitual es que un coche sume entre 15.000 y 20.000 kilómetros al año, por lo que un vehículo de cinco años con 100.000 kilómetros estaría dentro de lo razonable. Dependiendo de los kilómetros los coches podrían clasificarse de la siguiente manera:

  • Menos de 60.000 km: vehículo seminuevo o con poco uso.
  • Entre 60.000 y 120.000 km: zona media recomendable si el mantenimiento ha sido correcto.
  • Entre 120.000 y 150.000 km: requiere más revisión, pero puede seguir siendo una buena compra.
  • Más de 150.000 km: recomendable solo si hay un historial completo de revisiones y el precio compensa el posible desgaste.
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También hay que tener en cuenta aspectos como que la fiabilidad también depende de la marca y el tipo de motor. RACE señala que los vehículos con motor diésel bien cuidados pueden alcanzar los 400.000 kilómetros, mientras que los de gasolina, con un mantenimiento similar, pueden superar los 250.000 km. El secreto está en el seguimiento mecánico y el uso responsable.

En este sentido, los fabricantes japoneses como Toyota o Honda suelen destacar por su durabilidad. Un informe de reciente citaba modelos como el Toyota Avensis o el Honda Accord como ejemplos de coches que mantienen su fiabilidad incluso superando los 300.000 km.

El peligro invisible: un cuentakilómetros manipulado

Uno de los grandes riesgos al adquirir un coche de segunda mano es la manipulación del cuentakilómetros. En España, el 15% de los vehículos usados presentan alteraciones en la lectura, según un estudio de carVertical. Modelos como el BMW Serie 5, el Audi A6 o el Volkswagen Golf figuran entre los más que más a menudo tienen el cuentakilómetros trucado.

Además, es importante ser conscientes de que se trata de un problema que no es exclusivo de España. En EE. UU., la National Highway Traffic Safety Administration estima que cada año se venden más de 450.000 coches con el cuentakilómetros alterado, lo que causa pérdidas de más de 1.000 millones de dólares a los compradores.

¿En qué fijarse entonces al comprar un coche?

Más que fijarse únicamente en la cifra que alcanza el cuentakilómetros, los expertos recomiendan valorar una serie de factores adicionales, y tener en cuenta el conjunto:

  • Relación edad/kilómetros: unos 15.000-20.000 km por año son normales. Si hay menos, puede haber estado parado demasiado tiempo; si hay más, conviene revisar más a fondo.
  • Historial de mantenimiento: revisiones en taller oficial o con facturas detalladas dan mayor seguridad que un libro de mantenimiento incompleto.
  • Tipo de trayectos: los kilómetros hechos en carretera desgastan menos que los urbanos.
  • Estado del motor y del interior: el desgaste visible en el volante, la palanca de cambios o los pedales puede dar pistas sobre el uso real.
  • Revisar informes oficiales: pedir el informe de la DGT, el historial de ITV o recurrir a plataformas como Carfax o Autodna puede revelar accidentes o manipulaciones.

Por tanto, la mala noticia es que no existe un “número mágico” que defina, sin el más mínimo atisbo de duda, si un coche merece la pena o no. Un vehículo con más de 150.000 kilómetros puede ser perfectamente válido si ha sido cuidado con esmero, mientras que otro con 80.000 km puede dar problemas si ha sufrido un mal uso. La clave está en mirar más allá del cuentakilómetros, exigir transparencia y, si es necesario, hacer una revisión mecánica previa a la compra. A fin de cuentas, cada coche cuenta su historia más con los detalles y cicatrices que ha ido acumulando que con los números que ostentan sus medidores.