Consejos

¿Tienes oro en casa y estás pensando en venderlo? Consejos para evitar timos y cómo hacerlo correctamente

Oro
Lingotes de oroUnsplash
Compartir

En tiempos de incertidumbre económica, son muchas las personas que recurren a la venta de oro, ya esté en forma de joyas, monedas antiguas o lingotes, como una forma rápida de conseguir liquidez. Pero este mercado, que mueve miles de millones al año en todo el mundo, también está plagado de riesgos. Tasaciones poco transparentes, ofertas engañosas o prácticas sin regulación clara pueden acabar dejándote con mucho menos de lo que realmente vale tu oro.

En España, no existe un registro público específico que regule a los compradores de oro, lo que hace aún más importante informarse antes de vender. Aquí van las claves para hacerlo con garantías y sin perder dinero.

PUEDE INTERESARTE

Comprueba la pureza, el peso y la cotización diaria

Antes de acudir a cualquier establecimiento, es imprescindible saber qué tienes entre manos. El oro se mide en quilates: 24 K es el 99,9% puro, mientras que el más habitual en joyería en España es el de 18 K, con un 75% de pureza. También influye el peso, que normalmente está calculado en gramos.

Es recomendable pesar las piezas en casa, y preferiblemente con una balanza digital. También es importante consultar la cotización diaria del oro, que fluctúa a diario según el mercado internacional. Esto te dará una primera idea del valor orientativo de tu lote. 

PUEDE INTERESARTE

Elige un comprador fiable y huye de los itinerantes

Según advierte los expertos, es clave escoger negocios que estén identificados, con domicilio fiscal claro y licencia visible. Los puestos ambulantes, furgonetas móviles o tiendas temporales deben descartarse de inmediato.

Una buena señal es que el local esté inscrito en el Registro de Comerciantes de Metales Preciosos del Ministerio del Interior. Además, los establecimientos están obligados a registrar la operación y solicitar el DNI del vendedor si se trata de transacciones superiores a 1.000 euros en metálico, o en cualquier caso si se trata de oro en lingotes o monedas de inversión.

Exige que la tasación sea transparente y delante de ti

Una práctica básica y obligada es que todo el proceso, incluyendo el pesaje, comprobación de quilates, aplicación del precio por gramo, se realice delante del cliente. Si te lo proponen "en la trastienda" o no explican bien lo que están haciendo, desconfía.

Invertir en oro

Los métodos más usados para comprobar el quilataje son el ácido nítrico, la lupa y el imán (el oro no es magnético). También se puede usar una piedra de toque para comprobar la reacción del metal. Es legal que el comprador te ofrezca menos de la cotización oficial, por los costes de fundición y su propio margen comercial, pero no que no te informe con claridad del motivo de ese descuento.

Por otra parte, en caso de vender piezas de oro por un valor superior a 10.000 €, el comprador tiene la obligación de comunicar la operación al SEPBLAC (Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias), tal y como establece la Ley 10/2010 de prevención del blanqueo de capitales. No declarar una operación de este tipo puede acarrear sanciones para ambas partes.

Además, si obtienes una ganancia patrimonial (es decir, si el valor de venta supera el valor de adquisición), deberás incluirlo en tu declaración de IRPF, según explica la Agencia Tributaria.

En resumidas cuentas, estos son los cinco pasos clave para vender oro con seguridad

  1. Conoce el producto: pesa tus piezas y comprueba el quilataje aproximado.
  2. Consulta el precio del oro: usa fuentes fiables y actualizadas.
  3. Escoge bien el comprador: evita ambulantes, elige comercios con licencia visible.
  4. Exige transparencia: que todo se haga delante de ti, sin presión para vender.
  5. Pide recibo detallado: con peso, pureza, precio por gramo y cantidad total.

¿Y si no quiero vender todavía?

Una opción intermedia es acudir a una joyería para realizar una tasación de nuestro oro sin compromiso de venta inmediata. También puedes pedir un informe pericial si se trata de piezas de valor histórico o joyas únicas, lo que además es la opción más recomendable ante este tipo de artículos. Algunas entidades ofrecen incluso el servicio de depósito asegurado hasta que decidas.

Vender oro no tiene por qué ser una mala decisión, pero debe hacerse con cabeza fría, contando siempre con información contrastada y prestando máxima atención a los detalles. Porque cuando el oro sale del cajón... ya no vuelve. Y su valor, más allá del emocional que suele tener, puede ser muy superior a lo que te ofrezcan si no sabes exactamente lo que tienes.