La UE obligará a que haya recambios para las neveras siete años y diez para lavadoras y lavavajillas

  • A partir de 2021 se acabó el tirar los electrodomésticos porque no hay piezas para repararlos

  • Las cifras hablan por sí solas: estas medidas pueden ahorrar a los hogares europeos un promedio de 150 euros al año

Sí, seguro que le ha pasado. Ese electrodoméstico que convive con usted toda la vida y que, pese a que va como un tiro, falla porque hay una pieza que no va. El 77% de los europeos prefiere reparar a comprar uno nuevo Los españoles no son diferentes. Y la UE en su batalla ecológica lo sabe. Así que en un esfuerzo continuo por reducir la huella de carbono de Europa y hacer que las facturas de energía sean más baratas para los consumidores europeos, la Comisión ha adoptado nuevas medidas de diseño ecológico para productos como neveras, lavadoras, lavavajillas y televisores.

Y las normas a partir de 2021 serán que las piezas de recambio de las neveras deberán estar disponibles un mínimo de siete años después de que el consumidor compre el aparato y 10 años en el caso de lavadoras y lavavajillas.

La Comisión ha adoptado 10 reglamentos de implementación de diseño ecológico, que establecen la eficiencia energética y otros requisitos para los siguientes grupos de productos: refrigeradores; lavadoras; Lavaplatos; pantallas electrónicas (incluidos televisores); fuentes de luz y engranajes de control separados; fuentes de alimentación externas; motor eléctrico; refrigeradores con función de venta directa (por ejemplo, refrigeradores en supermercados, máquinas expendedoras de bebidas frías); transformadores de poder; y equipos de soldadura.

La mejora del diseño ecológico de los productos contribuye a la implementación de una apuesta por la eficiencia energética es el primer principio de la prioridad de la Unión de la Energía de la UE. Por primera vez, las medidas incluyen requisitos de reparabilidad y reciclabilidad, lo que contribuye a los objetivos de la economía circular al mejorar la vida útil, el mantenimiento, la reutilización, la actualización, la reciclabilidad y el manejo de residuos de los electrodomésticos.

Un ahorro de 150 euros al año

El vicepresidente de Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad de la Comisión Europea, Jyrki Katainen, ha manifestado que: "ya sea fomentando la reparabilidad o mejorando el consumo de agua, el diseño ecológico inteligente nos hace usar nuestros recursos de manera más eficiente, trayendo claros beneficios económicos y ambientales. Las cifras hablan por sí solas: estas medidas pueden ahorrar a los hogares europeos un promedio de 150 euros por año y contribuir a ahorros de energía equivalentes al consumo anual de energía de Dinamarca para 2030".

El comisario europeo de Acción Climática y Energía, Miguel Arias Cañete también ha valorado la iniciativa para señalar que: "junto con etiquetas energéticas más inteligentes, nuestras medidas de diseño ecológico pueden ahorrar mucho dinero a los consumidores europeos y ayudar a la UE a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. El diseño ecológico es, por lo tanto, un elemento clave en la lucha contra el cambio climático y una contribución directa al cumplimiento de los objetivos establecidos en el Acuerdo de París. A medida que avanzamos hacia nuestro objetivo a largo plazo de una UE totalmente descarbonizada para 2050, nuestra estrategia de eficiencia energética y diseño ecológico será cada vez más importante ”.

Al comentar sobre la adopción de las medidas, Monique Goyens, directora general de BEUC, la Asociación Europea de Consumidores, ha destacado que: "los nuevos requisitos de reparación ayudarán a mejorar la vida útil de los electrodomésticos cotidianos que actualmente fallan demasiado rápido. El descarte actual agota los recursos naturales y vacía los bolsillos de los consumidores. Es una excelente noticia que la salud de los consumidores estará mejor protegida, gracias a menos bombillas parpadeantes y la eliminación de retardadores de llama dañinos en las pantallas de TV. La UE ha comenzado con cinco productos que la mayoría de los consumidores poseen en sus hogares y alentamos firmemente a los legisladores a que reparen más categorías de productos ”.

Paolo Falcioni, Director General de APPLiA, la asociación europea de electrodomésticos de la industria doméstica, ha descatado que estamos ante una herramienta para garantizar que todos los actores cumplan con las mismas reglas y promuevan el concepto de Cultura Circular".

La Comisión estima que estas medidas, junto con las etiquetas energéticas adoptadas el 11 de marzo, generarán 167 TWh de ahorro energético final por año para 2030. Esto es equivalente al consumo anual de energía de Dinamarca y corresponde a una reducción de más de 46 millones de toneladas de CO2 equivalente.

Estos ahorros se suman a los alcanzados por los requisitos existentes de diseño ecológico y etiqueta energética, que se espera que generen un ahorro de energía anual de alrededor de 150 millones de toneladas equivalentes de petróleo para 2020, aproximadamente equivalente al consumo anual de energía primaria de Italia. Para los consumidores, esto ya significa un ahorro promedio de hasta 285 euros por año en sus facturas de energía domésticas.

La OCU solicita que lo puedan arreglar los propios consumidores

La Organización de Consumidores y Usuarios valora de forma positiva estas medidas, sin embargo, cree que deberían haber sido más ambiciosas. Por un lado, porque la regulación debería incluir en el mismo sentido más categorías de productos. Y, por otro, porque se debería de facilitar a los consumidores la reparación de sus productos por sí mismos y mejorar la durabilidad.

Según OCU, algunas piezas de repuesto y consejos de mantenimiento solo estarán disponibles para reparadores profesionales. Esto significa que las personas que están dispuestas a reparar por sí mismas sus aparatos, especialmente por razones económicas, no podrán hacerlo. Así, OCU cree que, si se pretende que los consumidores realmente disfruten de su derecho a reparar, los fabricantes deberían hacer que la reparación fuera accesible.

Además, OCU cree que las nuevas medidas deberían haber ido más allá para facilitar a los consumidores tener bienes más duraderos: es útil que haya repuestos disponibles, pero el tiempo de entrega máximo de 3 semanas es demasiado largo, por ejemplo, para una familia con una lavadora rota. En la práctica, el inconveniente continúa durante al menos un mes, porque una vez que se entrega la pieza de repuesto, la lavadora aún debe repararse.

OCU lleva tiempo solicitando que se tomen medidas contra la obsolescencia prematura de los productos y tiene en marcha la campaña “larga vida a lo que compro”, a través de la que solicita una ley que, igual que establece que un producto debe ser seguro, obligue también a que sea duradero. Esta ley deberá además proteger al consumidor a la hora de denunciar y reclamar sus derechos.

Además, a través de esta campaña OCU pide que:

  1. El producto sea diseñado de forma que no haya piezas de calidad deficiente que se deterioren prematuramente, que sean demasiado frágiles para el uso normal del dispositivo o se use un ensamblado con materiales que impidan su apertura para reparación.
  2. Reparar el producto tenga un coste notablemente inferior al de comprar un producto nuevo. El precio de los consumibles no pueda ser superior al del producto nuevo.
  3. La garantía sea superior a los dos años obligatorios actualmente en España. Y que esa garantía sea real (ahora solo se atribuye a problemas del producto durante los primeros 6 meses). Los fabricantes informen claramente sobre el producto: sobre su vida útil prevista, sus repuestos, las posibilidades de reparación...