Vivienda

Una experta en finanzas explica si merece la pena comprar una vivienda en 2025: "En ciertos casos puede ser más rentable que esperar"

Quienes ya cuentan con estabilidad laboral y el ahorro suficiente pueden encontrar más rentable comprar ahora.
Las zonas urbanas y costeras presentan una mayor demanda de viviendas durante este año.. Pixabay
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Qui duda cabe que el mercado inmobiliario español afronta 2025 totalmente tensionado, entre la demanda de vivienda y la limitada capacidad de oferta. Para muchas familias surge la pregunta de si es conveniente esperar a que se estabilicen los precios o si resulta más inteligente dar el paso ahora.

La decisión no es sencilla, ya que entran en juego factores económicos, financieros y sociales que marcan la diferencia entre una compra acertada y un esfuerzo desproporcionado. El acceso a la vivienda habitual sigue siendo uno de los grandes retos, especialmente en zonas urbanas y costeras donde el dinamismo económico atrae a nuevos residentes.

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En este contexto, retrasar la adquisición puede implicar un ahorro aparente a corto plazo, pero también el riesgo de enfrentarse a precios más altos en pocos meses.

La presión de los precios en 2025

Según Leticia Poole, profesora de Economía y Empresa en la Universidad Europea de Valencia, “los precios siguen subiendo en 2025, especialmente en zonas urbanas y costeras, debido a la alta demanda y la escasa oferta”.

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Los datos del Ministerio de Vivienda confirman esta tendencia: el precio medio de la vivienda en España aumentó un 6,2 % interanual en el primer semestre del año, con incrementos más acusados en Madrid, Barcelona, Málaga y Valencia.

La oferta de obra nueva no consigue cubrir las necesidades del mercado. “La tasa de construcción de vivienda nueva ha sido muy inferior a la de crecimiento de la demanda de nuevas viviendas, por lo que la insuficiencia de oferta no augura una bajada de los precios”, advierte Poole.

Esta situación mantiene la tensión en el mercado y reduce las posibilidades de encontrar oportunidades a la baja.

La financiación como obstáculo principal

Aunque el Banco Central Europeo ha pausado la subida de tipos de interés, el acceso a hipotecas sigue siendo complejo para gran parte de la población. “Aunque los tipos de interés han empezado a estabilizarse, la entrada necesaria para comprar sigue siendo muy alta: se necesitan unos 43.900 € de media solo para acceder a una hipoteca”, explica Poole.

Este dato coincide con el último informe de Fotocasa, que señala que el esfuerzo financiero medio para acceder a una vivienda supera ya el 35 % de los ingresos de una familia.

La consecuencia es que muchos potenciales compradores deben aplazar su decisión o recurrir a alquileres más largos de lo previsto. El ahorro necesario para la entrada se convierte en una barrera casi infranqueable, sobre todo para jóvenes y familias sin patrimonio previo.

El momento adecuado depende del perfil

La pregunta sobre si retrasar la compra de una vivienda para uso habitual en 2025 no tiene una respuesta única. “Depende del perfil del comprador y la zona, pero muchos expertos no recomiendan esperar demasiado”, afirma Poole.

Quienes ya cuentan con estabilidad laboral y el ahorro suficiente pueden encontrar más rentable comprar en el presente que enfrentarse a precios más altos en el futuro. En cambio, “si no tienes ahorros suficientes, es mejor seguir alquilando y ahorrar con disciplina”.

Alternativas y soluciones estructurales

El reto de la vivienda no se resuelve únicamente con decisiones individuales. Según Poole, “otras soluciones pasan por incentivar el alquiler social y asequible con colaboración público-privada; rehabilitar viviendas vacías con ayudas fiscales; facilitar la división de viviendas antiguas de gran tamaño en viviendas más pequeñas; reducir la burocracia que retrasa la puesta en marcha de vivienda nueva; racionalizar el exceso y complejo sistema de licencias, autorizaciones; favorecer la inversión en I+D que permita sistemas de construcción más baratos y rápidos, como la construcción industrializada de vivienda; regular el alquiler turístico para liberar oferta residencial, y facilitar el acceso a hipotecas para jóvenes con avales públicos o ayudas directas”.

Estas medidas, si se implementan de forma coordinada, podrían aliviar la presión sobre el mercado y permitir un acceso más equitativo a la vivienda habitual en los próximos años.

Una decisión estratégica

Con todos estos elementos sobre la mesa, la falta de oferta, el encarecimiento progresivo y las dificultades de financiación dibujan un panorama complejo. Quienes ya están preparados para afrontar la compra cuentan con argumentos sólidos para no esperar, mientras que los que no han alcanzado el nivel de ahorro necesario deben apostar por la paciencia y la planificación a medio plazo.

En definitiva, como concluye Poole, “si ya tienes el ahorro necesario y estabilidad laboral, comprar ahora puede ser más rentable que esperar”.