Claves para prevenir que los adolescentes con TDAH caigan en adicciones

El TDAH predispone a que sean más vulnerables a las adicciones. Unsplash
  • Un adolescente con TDAH tiene muchas más probabilidades a volverse adicto a cualquier sustancia u otras formas de adicción que uno que no lo tenga

  • Existen diferentes estrategias preventivas que pueden ayudar a que un adolescente con TDAH no tenga una adicción de ningún tipo

  • Cómo saber si tu hijo tiene TDAH

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MadridEl Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurobiológica que afecta a la capacidad de concentración, el autocontrol y la gestión de impulsos. Estas características hacen que los adolescentes con TDAH sean más vulnerables a conductas de riesgo, lo que incluye las adicciones.

Distintos estudios han demostrado que las personas con este trastorno tienen una mayor probabilidad de desarrollar dependencia de sustancias como el tabaco, el alcohol o los estupefacientes, y también otras formas de adicción como puede ser el uso problemático de la tecnología o los juegos de azar. Estas situaciones se pueden prevenir con un enfoque adecuado. Se trata de una combinación de educación, apoyo emocional y estrategias de intervención temprana. Hay estudios que señalan que, la mitad de las personas que sufren un trastorno por juego de apuestas, presentan un TDAH completo, y un porcentaje bastante elevado, tienen distintos síntomas de TDAH, aunque no tengan el diagnóstico completo.

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Por qué los adolescentes con TDAH son más vulnerables a las adicciones

Cabe señalar que no todos los menores con TDAH tienen algún tipo de adicción, pero, sí hay que tener en cuenta que el diagnóstico en TDAH en infancia y adolescencia debe llevar a desarrollar intervenciones preventivas sobre el riesgo de adicciones, ya que, si un adolescente con TDAH experimenta con cualquier sustancia puede tener un efecto distinto sobre el que tiene en los demás.

Existen distintos factores que contribuyen a que los adolescentes con TDAH puedan tener una mayor predisposición a desarrollar adicciones. Entre estos se encuentran:

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  • La impulsividad y la búsqueda de gratificación inmediata, por lo general, los adolescentes con TDAH tienen dificultad para controlar sus impulsos y tienen la necesidad de obtener recompensas rápidas. Esto puede llevar a los jóvenes a probar sustancias o conductas adictivas sin considerar cuáles podrían ser las consecuencias.
  • Tienen una baja tolerancia a la frustración y una incapacidad para gestionar el estrés de manera saludable, esto puede hacer que quieran buscar alivio inmediato en el alcohol, drogas o videojuegos.
  • Suelen tener dificultades en las relaciones sociales, por lo que al tener problemas para encajar con su grupo de iguales, puede hacer que quieran consumir sustancias como una forma de sociabilización o aceptación.
  • La combinación de ansiedad, depresión y baja autoestima que es muy frecuente en jóvenes con TDAH, pueden fomentar el uso de sustancias como mecanismo de escape.
  • Tienen un mayor riesgo de comportamientos de riesgo debido a la dificultad para medir las consecuencias a largo plazo, esto incrementa la exposición a situaciones peligrosas.

Estrategias para prevenir las adicciones en adolescentes con TDAH

Fomentar un ambiente familiar positivo

Tener un entorno estable y afectuoso es esencial para prevenir conductas de riesgo en adolescentes con TDAH. Para conseguirlo se deben establecer normas claras y límites consistentes, se recomienda fomentar el diálogo abierto sin juicios ni castigos desproporcionados, se puede reforzar la autoestima con elogios y reconocer cada uno de sus logros, y pasar tiempo de calidad juntos, ofreciendo actividades alternativas al consumo de sustancias.

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Educación y concienciación sobre los riesgos de las adicciones

Es esencial que los adolescentes sean capaces de comprender cuáles son los efectos negativos del consumo de sustancias y otras adicciones. Para ello se aconseja proporcionar información clara y adaptada a su edad sobre los riesgos de ciertos comportamientos, se pueden utilizar ejemplos reales y testimonios de personas que han superado adicciones y, se debe explicar cómo el TDAH aumenta la vulnerabilidad y la importancia de tomar decisiones informadas.

Desarrollar habilidades de autocontrol y regulación emocional

Aprender estrategias para gestionar emociones y controlar los impulsos puede suponer una gran diferencia. Para ello se recomienda enseñar técnicas de mindfulness y relajación, también se aconseja promover la toma de decisiones reflexivas antes de actuar y fomentar el desarrollo de la resiliencia ante situaciones difíciles.

Supervisión sin ser invasivos

Los padres deben vigilar de cerca el comportamiento del adolescente, pero deben hacerlo sin invadir su privacidad para que no se sienta acosado ni juzgado. Conocer a sus amigos y los entornos de socialización es una buena manera de implicarse sin cruzar la línea. También se debe estar atentos a los cambios que se puedan producir en su comportamiento, estado de ánimo o rendimiento académico. Además, se recomienda establecer acuerdos sobre el uso de las redes sociales y dispositivos electrónicos.

Ofrecer alternativas saludables de ocio y deporte

El deporte y otras actividades recreativas pueden ser grandes aliados para ayudarles a canalizar la energía de manera positiva. Por eso, se aconseja fomentar la práctica de actividades deportivas para mejorar la disciplina y reducir el estrés. Los padres pueden impulsar aquellos hobbies y talentos que puedan ayudarles a reforzar su autoestima, y además, existen voluntariados o actividades en grupo que puedan ser de gran ayuda para que refuercen su sentido de pertenencia.

Apoyo profesional en caso de necesidad

Si las anteriores estrategias no han funcionado o si se han detectado signos de riesgo o de inicio de consumo de sustancias, buscar ayuda profesional es crucial. Cuando se vaya a escoger a un psicólogo o psiquiatra, se recomienda que sea especialista en TDAH. Por otro lado, también se debe considerar la terapia conductual o programas de prevención de adicciones. Además, también se debe involucrar a la escuela para que se pueda hacer un seguimiento más exhaustivo del adolescente.