Desde verano, los termómetros de los países nórdicos de Europa y el Círculo Polar Ártico han registrado temperaturas especialmente altas durante casi todo el verano, y también en lo que llevamos de otoño.
Lejos de cambiar esta situación, nuevamente, los mapas de anomalías de temperaturas vuelven a marcar temperaturas especialmente altas. Los modelos difieren entre si el aumento es de 8ºC o 14ºC, pero ambos coinciden en una media en torno a los 10ºC más. Las previsiones muestras que se mantendrá así al menos hasta este fin de semana.
Esta situación no solo se está produciendo en el extremo norte del polo, sino que en Europa es una tendencia general, especialmente notorio en los países de tercio norte y este del conteniente.
¿Por qué ocurre esto?
Ahora mismo, sobre el interior y norte de Europa está situación un anticiclón que sirve, de manera gráfica, como barrera para la inestabilidad, es decir, protege la zona de la entrada de las borrascas desde el Atlántico.
El anticiclón trae consigo cielos despejados, soleados y altas temperaturas. Por el contrario, los frentes y borrachas se encuentras en la mitad sur, donde nos encontramos nosotros, por lo que no dejamos de hablar en las previsiones de lluvias y tormentas.
¿Hasta cuándo?
Hasta el momento, los expertos asegura que esta situación seguirá siendo así los cinco próximos días debido a las altas presiones. A partir de este momento existe incertidumbre y las previsiones pueden variar. Hasta el momento, se espera que se reestablezcan los valores la semana que viene, y a finales de mes se produzca un periodo muy frío que hará que los valores estén por debajo de lo habitual hasta 4ºC.
¿Que supone?
Las temperaturas anómalas que no dejan de registrarse están lejos de ser sostenibles para la zona. Los valores cálidos aceleran el deshielo, que lleva años de destrucción y retroceso, y cada vez son menos los bloques de hielo existentes. A corto plazo es un panorama horrible.