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Ha hecho falta que terminase el invierno meteorológico (el 29 de febrero) para que la tempestad empezase a asomarse por nuestro país. Con los almendros ya florecidos y la procesionaria preocupando a nuestras autoridades, cuatro borrascas están dando un vuelco a la tranquilidad meteorológica que arrastrábamos. Prepárate, el martes llega Myriam.
Myriam es el nombre número 13 de la lista elegida por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en conjunción con Meteo France, la portuguesa IPMA y la belga RMI. Esta vez la francesa ha sido la primera en decidirse a bautizarla por sus efectos previstos en el país, aunque quien se llevará la peor parte serán las provincias del norte de España.
Pongámonos en situación: a un febrero muy cálido en España, en que la atmósfera apenas se ha movido, le ha seguido un tren de borrascas que estrenó Jorge el viernes para tener continuidad hasta el domingo, cuando se profundizó Karine. Después fue León y, ahora, Myriam.
Tanta tranquilidad meteo vino dada por un marcado dipolo entre las bajas presiones en el Atlántico Norte y las altas en el subtropical hasta el Mediterráneo. Esta configuración es la típica cuando el índice de la NAO (Oscilación del Atlántico Norte) es positivo.
El lunes el viento dio lugar a incidentes, entre otros un tejado arrancado en un polideportivo de Cataluña, además de batir al menos 5 récords de racha máxima en Navacerrada (Madrid), Segovia, Salamanca, Toledo e Ibiza. La borrasca que dio lugar a este temporal, Karine, afecta actualmente a Italia, donde se avisa del riesgo por el viento y las tormentas, sobre todo en la isla de Cerdeña.
Pero al baile atmosférico se suma el martes esta perturbación, con una presión menos pronunciada pero que dibuja sobre nuestro mapa unas isobaras muy juntas. ¿Esto qué quiere decir? Cuando dos masas de aire con diferente presión se encuentran, se genera un gradiente muy pronunciado, lo cual genera rachas muy fuertes de viento.
Esto es lo que está ocurriendo con Myriam: su ubicación en el Golfo de Vizcaya va a facilitar la entrada de viento del oeste sobre la Península y Baleares que registrará rachas de hasta 130 km/h en zonas altas y primera línea de costa.
En el Cantábrico, la Aemet ha activado el aviso rojo por riesgo extremo ante la previsión de mar combinada que podrá alcanzar los 7 metros de altura, haciendo prácticamente imposible la navegación.
En cuanto a la precipitación, será menor de la que amagan con dejar las nubes, aunque el paraguas no estará de más en todo el día en la mitad norte peninsular y las provincias más próximas a Portugal. En forma de nieve, aunque serán poca cosa, se darán en Pirineos, la Cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico y zonas del Sistema Central. A lo largo del día el ascenso de la cota será evidente por el ascenso de los termómetros que tendrá continuidad el miércoles y dará lugar a deshielo en nuestras montañas.