Consejos para ahorrar en calefacción ahora que no hace mucho frío pero tampoco calor

eltiempohoy.es 16/11/2018 17:06

Hay tres factores que intervienen en el gasto mensual de calefacción, por un lado el sistema elegido, por otro el mantenimiento y en tercer lugar tus costumbres. El tipo de instalación es determinante, pero si ya no puedes cambiarla por otra más económica, es fundamental cumplir con las revisiones periódicas. Por otra parte está el uso eficiente que hagas de ella en tu vivienda, puedes ahorrar más de lo que imaginas.

Los tipos de instalación

Si estás a punto de instalar un nuevo sistema de calefacción en tu hogar, es fundamental conocer las ventajas e inconvenientes que ofrece cada uno de ellos y, entre otras cosas, valorar no sólo el coste de la instalación sino el coste del suministro, es decir, los euros que cuesta generar cada unidad de calor. Todo depende de la superficie a calentar, el uso que se le vaya a dar (ocasional o continuo)…

Las opciones más habituales son calefacción eléctrica, bomba de calor (aerotermia), pellets, gasóleo y gas natural. La eléctrica sería la elección más cara, pero correcta en caso de uso ocasional. La aerotermia es la más barata, pero hace ruido y requiere un mantenimiento importante. Las estufas y calderas de pellets tienen un coste bajo, pero requieren almacenamiento de combustible e intervención por parte del usuario en la carga y limpieza. El gasóleo es perfecto para calentar grandes superficies, pero es una energía contaminante. El gas natural tiene un coste medio, pero te vincula a una empresa suministradora que cobra ciertos costes fijos.

Además de barajar las diferentes opciones y las distintas empresas suministradoras, es importante instalar un buen sistema de aislamiento ya que el calor que se escapa por las ventanas y la mala calidad del vidrio y la carpintería pueden originar hasta un 50% de pérdida de calor.

El mantenimiento

Mantener la caldera en forma es el segundo punto para conseguir ahorrar en calefacción. Antes de poner en marcha la calefacción es necesario hacer una revisión del sistema para obtener el máximo rendimiento con el menor coste. Las calderas deben ser revisadas por un profesional y los radiadores se deben purgar antes de ponerlos en funcionamiento ya que en los meses en que han estado inactivos suelen acumular aire e impiden el paso del agua caliente.

También es importante comprobar que los radiadores no estén obstaculizados por muebles y tratar de organizar la vida durante el invierno cerca de donde estén ellos colocados.

Modifica tus costumbres

Hablando de los radiadores, una de las peores costumbres que puedes tener es colocar encima la colada para que se seque, con esto sólo consigues interrumpir el flujo de aire: el aire frío entra en contacto con el radiador, se calienta y sube, de este modo se genera una corriente circular de aire caliente que termina por calentar la habitación. Si existe un obstáculo (la ropa) que impide esta circulación, a mayor gasto se obtienen peores resultados.

La temperatura es otro factor a tener en cuenta. Los golpes de calor aumentan el gasto, es más rentable mantener una temperatura constante que oscile entre 20 y 21 grados durante el día y 17 o 18 grados por la noche (cada aumento de 1 grado eleva el gasto en un 7%).

Coloca un termostato programable, de este modo puedes poner en funcionamiento la calefacción una hora antes de llegar a casa y encontrártela a buena temperatura sin necesidad de dejarla encendida todo el día.

De día levanta las persianas para que el calor del sol se acumule en los cristales, de noche bájalas y corre las cortinas para ayudar a que no se pierda. Si necesitas ventilar la casa, tendrás bastante con 10 minutos por la mañana, si lo haces por más tiempo solo conseguirás bajar la temperatura interior.

Un truco curioso es colocar libros en la zona de la casa que más utilices en invierno. Si tienes una estantería, llénala de libros ya que el papel es un buen aislante y si los suelos son cerámicos, conviene colocar alfombras que absorban el frío las losas.

Por último, no intentes vestir en casa como lo haces en verano, tira de calcetines, sudaderas y prendas calentitas que te permitan estar confortable sin necesidad de tener la caldera a 30 grados.