Cinco cosas a tener en cuenta del nórdico y un truco para ponerlo en 2 minutos

Ton Vilanova 19/10/2016 15:37

Lo mejor de la llegada del otoño es acurrucarte por las noches con tu edredón nórdico y saber que vas a pasar la noche bien abrigado. Las capas y capas de mantas que usábamos antaño han dejado paso a los ligeros edredones, que además de ser superabrigados, nos permiten ahorrar tiempo a la hora de hacer la cama todas las mañanas.

No todos los nórdicos son iguales, ni todos los edredones valen para todas las camas, así que hay cinco cosas muy importantes que debes de saber a la hora de elegir tu nórdico ideal.

1. PODER AISLANTE

El primer objetivo de un edredón es conservar el calor y evitar la entrada de frío, es decir, estar aislados de la temperatura exterior. El poder aislante depende principalmente del tipo de relleno que se utilice en el nórdico, ya que puede ser natural o sintético.

Los rellenos naturales son de pluma o plumón natural, que normalmente son de oca o pato. Los rellenos de plumón son los mejores aislantes térmicos porque evitan que el calor se disperse, absorben la humedad y no tienen la parte sólida de la pluma, el otro material natural, que no tiene un poder aislante tan bueno.

Los rellenos sintéticos imitan al plumón natural pero con fibras de poliéster. Resultan más baratos, en general, y aunque tienen un poder aislante bastante alto no alcanzar a las fibras naturales. Son especialmente indicados para personas que tengan alergias, para habitaciones de niños o para climas donde la temperatura media sea moderada, sin alcanzar muy bajas temperaturas en invierno.

2. GRAMAJE

Para saber el calor que nos dará un nórdico no sólo hay que tener en cuenta la calidad del relleno, es muy importante la cantidad. A este aspecto se le llama gramaje y mide los gramos de plumones, plumas o fibras sintéticas que hay dentro de nuestro edredón, indicando así la capacidad calorífica que tendrá la prenda de cama. A mayor gramaje, más calor.

El gramaje no tiene que ver con la calidad: puede haber edredones de pluma de muy bajo gramaje que sean caros y edredones de mucho gramaje en fibra sintética más baratos. Para climas fríos utilizaremos un gramaje superior a 250g/m2 y de 150g/m2 para los cálidos.

En este punto es clave conocer la temperatura ambiente de nuestra casa, sobre todo de la habitación donde vayamos a colocar el edredón, y tener claro cuál es nuestra temperatura corporal en invierno. En la primera parte, nada como consultar eltiempohoy.es para saber cuál es la temperatura media del otoño-invierno en nuestra ciudad y no llevarnos sorpresas. Para la segunda, reconocer que eres friolero si siempre vas un poco más abrigado que el resto o definirte como caluroso si no soportas un jersey grueso ni cuando está helando.

Existe la opción de los nórdicos “dúo” para las regiones donde el cambio de temperatura es brusco. Si comenzamos otoño con unos 10 grados y en inviernos podemos hablar de -10 grados bajo cero, lo ideal es usar estos dúos que combinan dos nórdicos: en otoño usamos una capa y en invierno acoplamos dos copas para conseguir un gramaje mayor.

3. CONFECCIÓN

“El nórdico me llena la habitación de plumas”, dicen nuestra madres no sin razón. Los nórdicos de relleno natural suelen soltar un poco de su relleno, y es normal. El relleno se reparte en “celdas” para que toda el edredón tenga relleno y no se quede todo en los pies o en la cabeza. Estas celdas, normalmente cuadradas o romboidales, van cosidas con hilo y ahí se producen “escapes” de plumas. La última tecnología en edredones nórdicos hablen de "costras selladas” que no dejan escapar nada de relleno.

También has de fijarte en el tejido exterior que debe ser 100% algodón para facilitar su lavado, que como ya veremos no es lo que se dice sencillo.

4. TAMAÑO

En este punto también hay que autoexplorarse un poco y admitir cómo somos cuando dormimos. Parece un tema baladí pero de poco servirá un gran gramaje de edredón de relleno natural si al final no duermes con él porque te queda pequeño.

Fíjate en tu estatura y en tus movimientos durante la noche para decidir el tamaño de tu nórdico e intenta que el edredón sea lo bastante largo y ancho para pasar la noches a cubierto. Normalmente, en camas de 90, los tamaños son de 150x220 centímetros y en camas “King Size” de 260x240 centímetros, pero los hay más grandes.

5. LAVADO

El gran problema de los edredones nórdicos es el lavado, o así lo entiende mucha gente. Los edredones de relleno natural requieren, normalmente, un lavado en seco y pasar por la secadora para que las plumas estén en buen estado y no pierdan sus propiedades. La opción más común es llevarlos a la tintorería, donde conocen perfectamente el proceso para dejarlos perfectos.

Si son de fibras sintéticas, no hay mayor problema para proceder al lavado en casa. Si el edredón no es muy grande, en la lavadora se lavan perfectamente sin necesidad de usar ni lejía ni suavizante. Si el edredón es grande, debes lavarlo en la bañera o llevarlo a las lavanderías de autoservicio. Si lo haces en casa, corres el riesgo de estropear la correa de la lavadora a la hora de centrifugar.

Uno de los aspectos más importantes a la hora de conservar en perfecto estado el edredón es dejarlo secar el tiempo adecuado para que no huela a humedad y el relleno no se estropee. Si lo haces en casa, procura no tenderlo al sol, ya que si los rayos le dan con intensidad se pueden generar una antiestéticas manchas amarillas.

… Y UN TRUCO PARA COLOCARLO EN DOS MINUTOS

El edredón nórdico es una maravilla del mundo moderno pero cambiar la funda nórdica sigue siendo una pesadilla. Fuera estrés: la clave está en darle la vuela a la funda, estirarla y después poner el edredón por encima. A continuación se van enrollando las dos cosas conjuntamente y, una vez terminado el proceso, se vuelve a dar la vuelta a la funda. Os juramos que en dos minutos está listo y no necesitas reclutar a un ejército, puedes hacerlo tú mismo.