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El lunes arranca el mes de junio y arranca también el verano meteorológico. Pero, paradójicamente, esta transición no va a traernos por ahora más calor, sino lo opuesto. El anticiclón se irá desplazando en los próximos días a medida que el chorro polar nos envía bajas presiones que se van a traducir en un cambio de tiempo.
De unas temperaturas cada vez más altas y sol radiante vamos a pasar a partir del domingo, en algunas zonas, a las nubes de tormenta y unas temperaturas más normales para la época del año.
El bochorno que está haciendo ha llegado sin calores intermedios. Esa transición moderada que no tuvimos a mediados de mayo, cuando el anticiclón se impuso y el termómetro sumó de golpe bastantes grados, llega ahora. Lo hace haciendo justicia al refranero: “Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo”.
No nos espera un frío de rescatar del armario el abrigo ahora que por fin hemos guardado la ropa de invierno (menos mal), pero sí se notará la diferencia. Hablamos de temperaturas que, en cuestión de dos días, entre el domingo y el martes, serán unos 6ºC más bajas en la mayoría del país.
En cuanto a las mínimas, diremos adiós por unas noches a los valores tropicales. Será más complicado que se alcancen los 20ºC, y tan solo la mitad del país sobrepasará ya los 15ºC de madrugada. No son cifras que se ajusten del todo al promedio habitual (periodo de referencia 1981-2010), porque todavía se superará en unos 4ºC, pero serán menos anómalas.
En cuanto a las lluvias, todavía queda por determinar dónde se colocará exactamente esa DANA (depresión aislada en niveles altos) que se dibuja en los mapas de previsión. Los modelos europeo, ECMWF, y americano, GFS, coinciden en que será seguramente al oeste de la Península Ibérica.
Aunque habrá que ir concretando en los días siguientes por la incertidumbre, parce que las lluvias empezarán siendo más cuantiosas en el norte, principalmente por la tarde por la formación de nubes cumulonimbo de tormenta, y podrán ser con generoso aparato eléctrico.
Serán menos probables, por el contrario, en Baleares y el sudeste peninsular.