Cinco semanas más de verano y otros seis efectos del cambio climático que España sufre ya

eltiempohoy.es 27/03/2019 11:57

Sí: hace (mucho) más calor que hace 40 años

Si ponemos todos los datos en fila india, se aprecia que la tendencia anual es a tener temperaturas más altas en España desde 1971, tanto las medias como las máximas y mínimas lo cual, según el análisis de la Aemet, "concuerda con el hecho de que los años más cálidos se hayan registrado en su mayoría en el siglo XXI", explica Rubén del Campo, portavoz de la Aemet. Sobre todo, ese aumento de las temperaturas es más notorio en verano.

El verano empieza en mayo

En los años 80 el mes típico de vacaciones era agosto, porque el calor apretaba más ahí. Ahora no lo tenemos tan claro, y la razón no es otra que el aumento de las temperaturas, que ha alargado el verano y tanto da 8 como 80 julio que agosto. Según las estimaciones de la Aemet, la estación estival se ha alargado 9 días por década, lo que en total suma 5 semanas más que a comienzos de los años 80. Y empezamos a notarlo ya en mayo.

Paisaje murciano también en Zaragoza

El paisaje murciano ya no solo lo vemos en esta región, sino también en Castilla-La Mancha e incluso del valle del Ebro. Esto en cifras se traduce en que en 50 años la extensión de terreno semiárido ha aumentado un 6% –30.000 km2 más–. El aumento de temperaturas, unido a un cambio en la distribución y la forma en la que llueve (menos episodios prolongados de precipitaciones frente a más lluvias torrenciales concentradas en un corto espacio de tiempo) ha convertido lo que antiguamente eran climas mediterráneos en semiáridos.

*Imagen: Evolución de la clasificación climática de Köppen elaborada con tres periodos de referencia distintos: 1961-1990, 1971-2000 y 1981-2010 / Aemet

Las noches tropicales ya son 'typical spanish'

Esto lo habrán notado sobre todo en las ciudades del Mediterráneo. Las noches en verano son más tórridas, con mínimas que llegan e incluso superan los 20ºC. A esto se le llama ‘noches tropicales’, y el origen no solo está en el aumento de las máximas y mínimas en general (que también) sino sobre todo en el incremento de la temperatura del Mediterráneo, con 0,34ºC más por década y al aumento del nivel del mar. “Esa subida térmica ayuda a que se produzca expansión térmica, en la que también influye en la nivel del mar, tiene como consecuencia el aumento de noches tropicales", ha indicado Beatriz Hervella, de la Aemet.

Madrid en verano se convierte en isla... de calor

Las grandes ciudades del interior tampoco se libran de las noches tórridas. La Aemet también ha constatado un incremento de lo que llaman islas de calor durante el verano, es decir, una anomalía positiva que ocurre en ciudades cuando están más calientes que sus alrededores y que se aprecia sobre todo en las temperaturas mínimas (durante la noche). "Tras el calentamiento de la tierra durante el día es por el sol, cuando cae la noche, la piedra que ha acumulado todo ese calor sale, pero en las ciudades en más complicado porque no tiene esa ventana abierta al exterior. En un contexto de cambio climático ese efecto está aumentando, lo que implica que Madrid tenga más islas de calor en verano”, sostiene Hervella.

¡Sorpresa! Las olas de calor duran más que antes

Lo de las olas de calor es un clásico cada vez más recurrente en verano, y no tanto porque haya más episodios, sino porque son más duraderos. Son un problema precisamente por todos los problemas de salud asociadas a ellas. Por otro lado, la Aemet ha constatado que las olas de frío están disminuyendo.

Tenemos mejores ingredientes para lluvias torrenciales

Cuando se trata de relacionar precipitaciones con cambio climático la cosa se pone un poco complicada. Se cree que un escenario de cambio climático puede modificar la forma en la que se producen esas precipitaciones, y no tanto la cantidad de agua que cae, que se mantendría estable. Sin embargo, con un mar más caliente se dan unas mejores condiciones para que tengan lugar las lluvias torrenciales. ¿Cómo es eso? Pues que el calor se entiende como energía, por lo que si se forma una borrasca lo normal es que los fenómenos asociados tiendan a ser más intensos.