La primera pregunta que muchos esquiadores y snowboarders se hacen es si podrán seguir disfrutando de las pistas de esquí y si tendremos nieve en marzo. Para eso, tenemos que saber si va a nevar y los pronósticos no pintan nada bien.
Hasta ahora, las estaciones están aguantado gracias a las bajas temperaturas nocturnas y a días puntuales en los que, con máximas bajo cero, pero sin apenas nevadas en casi todo el mes de febrero, apenas algunas testimoniales en Pirineos.
*Imagen: Anomalía de las temperaturas máximas que hubo el pasado 19 de febrero / Pivotal Weather
No va a nevar ni a corto ni a medio plazo. Por increíble que parezca, el vórtice polar. Su ruptura ha desencadenado un juego de piezas en la atmósfera que ha terminado dando lugar a un anticiclón : ¡más de 1040 mb!
Un monstruo similar hace imposible que cualquier borrasca nos impacte y que lleguen las ansiadas y los pronósticos que marcan los modelos son de bloqueo hasta mitad de marzo. Por tanto, valores muy altas y escasas precipitaciones.
Y para complicar más el estado de la nieve que queda, la inversión térmica nocturna con valores en positivo en zonas de cumbre y bajo cero a primera hora en zonas llanas lo van a poner complicado si nada cambia y no llegan las nevadas.
*Imagen: Anomalía de las temperaturas y las precipitaciones prevista para la semana del 4 al 10 de marzo / Aemet
Es cierto que marzo es un mes muy largo y que la situación puede revertirse. La Aemet ha actualizado este viernes sus previsiones y en las próximas tres semanas, y hasta el 15 de marzo, insiste en quitar las lluvias. La nota positiva es que transitoriamente las temperaturas podrían no ser tan elevadas para la época.
Las precipitaciones que pudieran llegar al extremo norte dejarían nevadas pero sin ser suficientes ni en tiempo ni tampoco en cantidad.
El anticiclón es tan potente que, salvo sorpresa, va a seguir impidiendo cualquier amago de inestabilidad o de retorno al invierno.
La nieve no va a aguantar mucho más, especialmente, porque la inversión térmica que está empezando a extenderse, como hemos apuntado antes. Este factor va a impedir que durante las madrugadas se trabaje para mantener o crear nieve artificial en las estaciones de esquí.
Además, estamos hablando de máximas en el entorno de los 20 grados en muchos puntos llanos. En las estaciones de esquí, también superando los cero grados tanto de día como de noche.
Además, los días son más largos y este detalle en marzo se hace cada más palpable: a más horas de luz, más horas también de insolación y de temperaturas más altas. A estas alturas, y con este panorama, los espesores corren peligro para aquellos que hayan reservado unos días para esquiar durante el mes de marzo, ya sea por vacaciones o por carnavales.
En este momento, las estaciones que más nieve acumulan, por no decir, la única de calidad, son las de Pirineos (incluida Andorra) y Sierra Nevada con espesores que, si en 2018 superaban con holgura los dos metros e, incluso, los tres, ahora se quedan cortos.
En el mejor de los casos, Andorra se asoma a los 150 cm gracias a las grandísimas nevadas de finales de enero. Mejor es la situación del Pirineo catalán, donde las más concurridas (Baqueira y Boi Taull) superan los 2 metros. Pero, atención, a partir de este fin de semana, porque las temperaturas de finales de primavera van a acelerar la fusión de la nieve o la pérdida notable de calidad, sobre todo, también por la inversión térmica en ciernes.
Las estaciones de esquí aragonesas no presentan mejor panorama porque se mueven entre los 50 cm y el metro o metro y medio, como máximo, en estaciones como Cerler. Con algo menos de espesor se esquía en Formigal y en Astún. En Aragón, también la calidad de la nieve aún es de calidad, pero puede pasar a primavera en los primeros días de marzo no es esperan cambios ni llegada de nieve nueva ni bajas temperaturas.
Sierra Nevada sí supera ligeramente los 2 metros, pero en las zonas bajas, la capa de nieve es muy justa y la calidad empieza a ser primavera cuando a estas alturas de la temporada debería ser polvo o polvo/dura.
La nieve primavera es el preludio de una rápida fusión. Si esto ocurre en zonas bajas de la estación ya de por sí a una gran altitud, sin precipitaciones y con calor en los próximos días, nos vamos a encontrar con algunas pistas en malas condiciones o directamente cerradas antes de tiempo, nada que ver con el histórico fin de temporada de 2018, que prorrogó hasta mitad de mayo.
El resto de las estaciones de esquí de Sistemas Central e Ibérica o Cordillera Cantábrica empiezan a verse afectadas por la ausencia de lluvias y las temperaturas tan cálidas. Con las previsiones en la mano, las que aún no están abiertas solo para uso turístico podrían estarlo en las próximas semanas.
Puede revertirse este tiempo anticiclónico y regresar el invierno más crudo. No es la primera vez que a un febrero cálido le sigue un marzo muy frío, pero, en todo caso, sería en la recta final, últimos días, del invierno.
De momento, los modelos a medio plazo hablan de pocas lluvias o nevadas y si llegan serán esporádicas y no antes del 10-15 de marzo.