El Mediterráneo se calienta: las 'gotas frías' podrían ser cada vez peores en el Levante

  • La temperatura del Mediterráneo ha aumentado, desde 1982, al menos 1,38ºC

Hasta hace nada el Mediterráneo era una olla en ebullición. Los mapas de observación de la fundación CEAM (Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo) mostraban una superficie del mar a unos 27ºC justo antes de pasar la DANA (depresión aislada en altura) por el extremo este de nuestro país. El frío en capas altas de la atmósfera se encontró así con el aliciente perfecto –un Mediterráneo muy caliente–, que alimentó la voracidad de las precipitaciones que han sido devastadoras. Haciendo balance del episodio de 'gota fría' reciente, resulta inevitable preguntarse si a partir de ahora nos esperan más catástrofes como la de la pasada semana con el aumento de la temperatura del mar.

Resulta complicado asociar directamente los efectos devastadores de la DANA a la emergencia climática, pero las tendencias hacen pensar que fue especialmente intensa en nuestro país por el caldeamiento de la superficie del Mediterráneo. Como puede apreciarse en el siguiente mapa de la CEAM, entre el 1 de enero de 1982 y el 1 de septiembre de 2019 la temperatura de sus aguas ha aumentado en la parte más occidental entre 0,75ºC y 1,75ºC. Si echamos la vista hacia su extremo más oriental, el aumento es aún mayor.

*Imagen: Variación de la temperatura de la superficie del Mediterráneo entre el 1982 y el 2019 / Fundación CEAM

*Imagen: Anomalía media de la superficie del Mediterráneo entre el 1982 y el 2019 / Fundación CEAM

Como curiosidad, tras el paso de la DANA por el extremo este peninsular, la temperatura del mar en el entorno de la vertiente mediterránea se ha desplomado entre 1 y 4ºC.

¿Son normales las DANA en el litoral Mediterráneo?

Cada año el otoño trae alguna que otra DANA al Levante y por allí están más que acostumbrados a las lluvias y el viento que este fenómeno suele llevar asociados. Lo que sí han notado los vecinos de algunos municipios de Murcia, Alicante o Valencia, las provincias más afectadas por la última 'gota fría', ha sido un agravamiento de los estragos que ha causado a su paso.

Según estableció un estudio publicado hace un par de años en la revista 'Pure and Applied Geophysics', la temperatura de la superficie mediterránea en el trimestre mayo-junio-julio se disparó, de media, casi 1,38ºC entre los años 1982 y 2016. La investigación concluye destacando que el recalentamiento de este mar tiene "un papel relevante en la génesis y/o intensificación de las lluvias torrenciales a lo largo de toda la cuenca, especialmente en el Mediterráneo Occidental".

El calor del mar, un peligro en caso de DANA

Al entrar el frío aislado en altura en nuestro país, fue avanzando de norte a sureste dejando precipitaciones a su paso. En el Alto Campoo (Cantabria) dejó unos unos 129 l/m2. A su llegada a la Comunidad Valenciana, empezamos a hablar de inundaciones graves como la que se produjo el miércoles en Nules (Castellón) y, de cara al jueves, hablábamos de ríos desbordados a su paso por Murcia y hasta un récord de precipitación en el municipio valenciano de Ontinyent.

El sudeste fue el más castigado que el norte por un motivo: la influencia de un Mediterráneo demasiado caliente. La elevada temperatura de la superficie del mar favoreció la formación de nubes de tormenta inyectando humedad en estas zonas, que han vivido lo peor del temporal.