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Y el frío llegó. Lo ha hecho con timidez, sin alardes y de manera restringida, pero los termómetros por fin se han dado cuenta de que seguimos en invierno y nos han dado una tregua de la primavera que se ha adelantado desde el comienzo de febrero, cuando hablábamos de un 'veranillo'. Resultado: la nieve ha reaparecido en nuestras montañas (del norte, en el sur siguen a más de 15ºC).
Las estaciones de esquí se frotan las manos al fin después de semanas (casi un mes) sin ver nevar. Pero a pesar de la buena nueva de los cielos en esta recta final de febrero los cañones de nieve trabajan a todo gas para poner a punto las pistas.
Los espesores han aumentado hasta los 150 cm en zonas del Pirineo catalán como Baqueira Beret, mientras que en la Cordillera Cantábrica aumentan las estaciones que se deciden a cerrar sus puertas, como el Altoo Campo, donde la acumulación de nieve ha ido cuesta abajo desde las últimas nevadas que se dieron la segunda quincena de enero.
Por el momento, así lucen varios puntos de Navarra o Huesca:
Y, si miramos al lado francés de la cordillera, la estampa es incluso mejor:
El frente frío que ha desplomado las temperaturas notablemente en el norte de España ha permitido que la nieve haga acto de presencia sobre todo en Pirineos, pero dado el escaso frío nocturno, el viento que sopla en las cimas y la previsión de un nuevo repunte de las temperaturas, la cosa pinta mal.
El deshielo que pueda tener lugar en el entorno del Pirineo preocupa por el riesgo potencial de inundaciones dado que los embalses se encuentran entre el 77 y el 92% de su capacidad y podrían rebosar. No obstante, las cantidades no excederán en general los 15 cm entre lo caído el miércoles y el jueves.
Por la noche, las temperaturas caerán el jueves entre 12 y 22ºC en general en Pirineos, para después ascender de nuevo hasta los entre 8 y 15ºC previstos de máxima para el viernes.
También tendrán que tener cuidado los montañeros: los aludes serán frecuentes en las laderas donde menos dé el sol. La nieve en los próximos días será muy inestable y la capa de hielo de debajo tenderá a perder firmeza con el aumento de las temperaturas.