El cielo de Madrid se llena de luces para celebrar la llegada del invierno

Celia Molina 22/12/2016 11:20

El anunciado desfile de farolillos que daba la bienvenida al cambio de estación comenzó con puntualidad británica. A las 19.00h y, para sorpresa de todos los que esperaban un pasacalles normal y corriente, una banda de músicos vestidos con trajes de luces led, empezó a tocar para calentar el ambiente (y falta que hacía). El frío no pudo parar a una multitud cargada con faroles iluminados de todos los tipos y colores, con antorchas, velas y hasta con luciérnagas voladoras.

La sensación de la noche fue, sin lugar a duda, el festival de farolillos incandescentes que muchos ciudadanos lanzaron al vuelo. El ritual iba por pasos: primero, se encendía la pastilla adherida al farol y se esperaba con impaciencia hasta que se llenara de aire. Después, todo el que estuviera alrededor debía pedir un deseo (la que redacta pidió muchos más años escribiendo para vosotros) y, por último y sin excepción, todo el mundo gritaba de alegría al ver como el globo de luz se alejaba por el cielo madrileño, libre y cargado de esperanza.

Después de una hora y media admirando y observando los luceros que padres, madres, niños y abuelos habían confeccionado para participar en el evento (algunos hasta llevaban luces de Navidad atadas al cuerpo) y de algún que otro pequeño incidente –un farol que cayó antes de tiempo incendió la rama de un árbol, pero el fuego fue inmediatamente controlado- llegó el momentazo. Sobre la rivera del Manzanares se lanzaron fuegos artificiales, quedando inaugurado el solsticio de invierno como se merece: a lo grande.

Esta ha sido la primera vez que la capital española celebra la noche más larga y más oscura del año y esperamos que se convierta en una tradición que se adhiera a nuestra cultura para siempre.