El otoño es así: a veces hace calor, otras todo lo contrario. La estación de las hojas también es conocida como una época de transición, en la que no solo vemos las hojas de los árboles caerse para volver a renovarse en la primavera siguiente, sino que se efectúa el paso de la torridez al ambiente gélido. En definitiva: comenzar el cambio de tiempo hacia el invierno.
Este proceso requiere de un descenso del vórtice polar hacia latitudes más bajas. Se trata de una especie de ciclón gigante que permanece afincado y comprimido durante los meses de verano en el Ártico. A medida que se acerca el invierno, este se desplaza hacia latitudes más bajas como la nuestra. Este recorrido no es lineal, sino que fluctúa dando pasos hacia delante y hacia atrás. Ese vaivén explica por qué a partir de ahora tendremos semanas de sol abrasados seguidas de frío polar.
Un ejemplo muy claro es el que tendremos la semana que viene en nuestro continente. Del chorro polar se desprenderá una masa de aire frío que entrará de lleno en Europa. Se dice que a 500 hPa (1800 metros de altitud) pasaremos, en poco más de medio día, de +18ºC a cerca de 0°C.
El punto álgido del frente polar se alcanzará el próximo jueves, cuando en países como Croacia las máximas no superen los 15ºC (actualmente disfrutan de unos agradables 27ºC). Otros ejemplos son Eslovaquia, Polonia u Holanda.
Entre otros efectos destacan mañanas heladas en algunas regiones de Europa central y oriental, y la península de los Balcanes, así como las primeras nevadas importantes en los sistemas montañosos europeos del centro.
En España lo notaremos (pero solo un poco)
Se trata de una situación que afectará a España, pero no tanto como al resto del mundo. Contribuirá sobre todo a refrescar el ambiente, con temperaturas más propias de la época del año que las que estamos teniendo estos días, especialmente en el área del Mediterráneo y el norte de África.
De hecho, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha reconocido hace apenas unas horas que el otoño en nuestro país será más cálido de lo normal, por lo que aunque probablemente veamos entradas de aire frío polar en los próximos meses, no serán ni de lejos la tónica habitual.