*Puerto de la Ciudadela | Fuente: Flickr (chdoig)
¿En qué consisten?
El primer indicio para saber que se acerca la rissaga es un repentino bajón del nivel del mar. Esto provoca que el lecho marino de algunos puertos especialmente sensibles a este fenómeno ‘meteo’ quede al descubierto. Así que si tenemos sospechas de que esto pueda suceder, ¡prevenidos! Porque lo peor viene después.
En cuestión de minutos, el agua que había desaparecido a causa de las mareas vuelve a su lugar de origen con una fuerza impredecible, arrasando, en ciertas ocasiones, embarcaciones, muelles y hasta edificios colindantes.
¿Dónde suelen ser habituales?
La rissaga puede llegar a darse en varios puntos del Mediterráneo. Sin embargo, para desgracia de los menorquines, su lugar fetiche para actuar es el puerto de la Ciudadela, ubicado en la parte oeste de la isla.
¿Por qué es tan extraño que se produzca en Menorca?
Si el archipiélago Balear estuviese ubicado en otro mar, como el Cantábrico, nadie se extrañaría de su propensión a estos eventos costeros. Las mareas en la franja norte de la Península son especialmente llamativas, llegando a variar el tamaño de las playas de forma considerable. Pero en el Mediterráneo esto no es habitual. El impacto de estas corrientes es mínimo, y los trastornos del nivel del mar se traducen en centímetros de longitud.
Entonces, ¿por qué actúan con tanta asiduidad?
Partiendo de la base de que aún se están estudiando las causas, la orografía de Menorca no ayuda. La dinámica es muy parecida a la de maremotos y tsunamis, aunque con consecuencias destructivas bastante menos preocupantes. Incluso se llegó a relacionar (erróneamente) con los terremotos del norte de África. Según ha confirmado la AEMET tras arduas investigaciones, el principal motivo es el contraste entre el aire frío en superficie con las masas de aire cálido de zonas bajas de la atmósfera.
¿Cada cuánto se producen?
Los meses de alerta suelen acotarse entre abril y septiembre. Es en este periodo donde las condiciones atmosféricas son las idóneas para dar paso a las rissagas. Al menos, si se analizan los datos recogidos en el pasado. Desde esa fecha hasta que finaliza el verano, las alertas amarillas en Menorca son constantes.
¿Cuáles son sus consecuencias?
Las consecuencias de las rissagas no son pocas. La gran cantidad de agua que azota con fuerza los puertos arrasa con lo que puede. Y su primer obstáculo son las embarcaciones, que chocan entre sí y con las propias plataformas del muelle. Si la rissaga viene con fuerza, los límites costeros pueden sobrepasarse, provocando que el agua alcance calles y edificios colindantes e inunde garajes y locales, desplace vehículos y destruya elementos del mobiliario urbano.
La fase de marea baja, aunque dure minutos, tampoco es positiva para el medio ambiente. Con el lecho marino al descubierto, la fauna y la flora marina se ven obligadas a luchar por su supervivencia, llegando en muchas momentos puntuales a la inevitable desaparición por falta de agua.
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