{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Las olas de altura récord que se han producido en el Mediterráneo –se registró la ola más alta inicialmente el lunes para repetirse el martes en Baleares–, y las intensas precipitaciones que se han dado en todo el tercio este peninsular, han llegado en una época del año que a muchos expertos no les cuadra. Varios factores que recordaremos a continuación se han conjugado para generar un temporal que la borrasca Gloria no habría podido provocar por sí sola, aunque ha tenido mucho que ver. Pero ¿es raro que haya sido tan fuerte en invierno?
El temporal que se ha producido entre el domingo y el miércoles en el Mediterráneo ha dejado unas olas y unas precipitaciones que superan de largo el promedio de la época. Lo que sorprende no es tanto el episodio como la fecha en la que se ha producido, ya que los meteorólogos asocian un evento así más al otoño, cuando el mar se encuentra más caldeado tras los meses de verano y una masa fría entra en la Península para 'chocar' con el calor. Es lo que ocurrió por ejemplo el pasado septiembre, cuando una DANA (depresión aislada en niveles altos) inundó numerosas localidades de Murcia y la Comunidad Valenciana.
Lo que ha ocurrido esta vez para gestar un temporal así, es que un anticiclón potentísimo se colocó sobre Reino Unido al tiempo que una baja en altura asociada a otra en superficie –borrasca Gloria– se posicionó sobre la Península Ibérica con una presión moderada. El descuelgue de esta borrasca arrastró a su vez una masa polar el domingo, a 850 hPa, que nos ha dejado en el comienzo de la semana.
Como consecuencia de la dorsal anticiclónica sobre las islas británicas y la vaguada que después aisló a Gloria sobre la Península, el chorro polar ha estado muy ondulado, arrastrando sobre España una corriente del este.
Un anticiclón sobre el Ártico y los centros de bajas presiones que se han paseado entre Groenlandia y el norte de Europa, han favorecido que el aire polar se haya podido adentrar en latitudes medias como la nuestra. Aquí, se ha encontrado con un Mediterráneo que ni de lejos se encuentra tan cálido como el septiembre u octubre, pero sí más de lo normal, y lo suficiente para contrastar con el aire polar.
Es decir, el aumento de las temperaturas tanto en tierra como en el mar, podría ser una explicación a la intensidad del temporal que nos ha afectado. Además, llevamos años escuchando a la comunidad científica adelantar que los fenómenos extremos serán cada vez más frecuentes en el Levante.
El resultado en este caso han sido olas que han superado en dos ocasiones la altura máxima alcanzada en el Mediterráneo. El lunes, en isla Dragonera, una ola registró 14,2 metros, situándose en primer puesto. Pero al día siguiente, en la boya de Mahón (Menorca), el mar se elevó esta vez a 14,8 metros, un récord que no será fácil de superar. También en Valencia una ola de 8,44 m batió el lunes el máximo anterior en el litoral.
Las olas en Mallorca han llegado a pasar por encima de edificios de varios pisos, y las acumulaciones han sobrepasado los 150 litros/m(2) en bastantes puntos. "El observador meteorológico de Montserrat (Casadalt, Valencia), Dani Millán, que ya lleva 16 años registrando datos, nos indica que hoy ha sido el segundo día de más precipitación acumulada en su estación, sólo por detrás del 28 de septiembre de 2009, cuando registró 175,2 litros/m(2"), ha informado la Aemet.
A su vez, en el municipio de Escorca (en el norte de Mallorca), se han registrado en total 334 litros/m(2) entre el domingo y el martes.
Otro récord que nos ha dejado el temporal ha sido la cifra en 24 horas de descargas eléctricas registradas en la Comunidad Valenciana, un dato que no hace más crecer desde el 2017. Si el máximo fueron las 2.970 de enero de 2018, este martes fueron 3.035 descargas.
"El registro es extraordinario por haberse tratado de un mes de enero, en las series históricas de estaciones próximas a Montserrat no hay ningún registro de esta magnitud fuera del otoño", ha comunicado a través de Twitter la Aemet.