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Por primera vez desde hace semanas el invierno se va a dejar sentir en España. Las nevadas se van a propagar por los sistemas montañosos de la mitad norte mientras que una profunda depresión en el Atlántico Norte avanza por el continente europeo. A medida que lo hace, dibujará una tímida vaguada en el Mediterráneo que dejará un desplome generalizado de los termómetros y complicará la situación en las costas. Esperamos ráfagas ocasionales de hasta 100 km/h y olas de más de 5 metros en puntos del nordeste. Atención: hay varias provincias en aviso el miércoles.
En capas altas de la atmósfera, esta vaguada -elongación de bajas presiones- no demasiado pronunciada va a ser suficiente para inestabilizar el tiempo. Hay más de 30 estaciones meteorológicas en aviso por fenómenos adversos en el nordeste peninsular el miércoles. Destacará el fuerte viento y el oleaje adverso.
Habrá que andarse con mucho cuidado en el Ampurdán, litoral de Tarragona y Baleares. No se recomienda adentrarse en el mar por ahora porque las olas podrán superar los 5 metros de altura en el entorno de algunas boyas. Tampoco podremos despistarnos en zonas costeras porque la mala mar, junto al viento, dejará unas jornadas muy desapacibles en las playas.
A su vez, las rachas dificultarán la situación en el Cantábrico oriental, noreste peninsular, Baleares y el Mar de Alborán. Aunque sin duda la peor parte se la llevará Cataluña, que estará en riesgo importante por rachas de más de 90 km/h.
Con la misma tónica, todo el Cantábrico estará influenciado por la presencia de un frente atlántico que dejará a su paso un temporal marítimo con las mismas condiciones que en la costa mediterránea. Esperamos, de igual forma, olas de entre 4 y 5 metros de altura que mantendrán el riesgo costero como mínimo hasta el jueves. Toda esta zona experimentará también precipitaciones que no serán muy cuantiosas pero que obligarán a sacar el paraguas, especialmente en las provincias del Golfo de Vizcaya.
Esta vaguada coincide con una masa de aire frío en altura que, con ayuda del viento fresco del noroeste que está arrastrando, está provocando un descenso notorio de las temperaturas. Tras varias semanas con valores primaverales, los termómetros son ya más típicos del invierno, sobre todo en muchas zonas del norte peninsular. El miércoles seguirán bajando de forma pronunciada en el Cantábrico y otras áreas de la meseta norte.
De hecho, con el nuevo bajón registraremos nevadas a tan sólo 900 metros de altura en Pirineos y unos 1.200 metros en la Cordillera Cantábrica. Se esperan acumulaciones de entre 5 y 10 centímetros de nieve en tan solo 24 horas, lo que ha obligado a activar el aviso amarillo por el riesgo que supone combinada con el viento.
Asimismo, durante la madrugada los bajos ceros van a extenderse y podremos registrar heladas nocturnas en casi todos los sistemas montañosos de la mitad norte. Por el día, tan solo en algunos puntos de Andalucía y del sur del litoral mediterráneo seguiremos con máximas que alcanzarán y superarán la barrera de los 20ºC.
Este panorama de inestabilidad no va a prolongarse demasiado en el Mediterráneo. De hecho, de cara al jueves se estima que el viento vaya debilitándose, dejando el mar algo más tranquilo. El Cantábrico, por su parte, sí seguirá en riesgo por el oleaje adverso.
El jueves, además, el mercurio volverá a repuntar en toda la Península, disparándose hasta 8ºC en el extremo norte. De nuevo, la amplitud térmica se verá acentuada y la inversión térmica complicará la dispersión de contaminantes en el aire.