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El otoño ya se asoma a nuestro país con lluvias y un progresivo descenso de las temperaturas a pocos días de despedir el estío. A medida que vamos haciendo el cambio de armario y decimos un definitivo adiós a los tirantes, miramos atrás para hacer balance de un verano que deja datos preocupantes como la continuidad de la tendencia a temperaturas en promedio más altas desde que cambiamos de siglo. Agosto pasó sin pena ni gracia después de dos meses de récords y olas de calor tórridas, pero la realidad es que el promedio del mes ha resultado bastante anómalo. Te contamos cómo ha sido la estación en nuestro país.
El lunes a las 9:50, hora peninsular, daremos el verano por concluido. Quien diga que no ha hecho calor estos meses no recuerda ya lo que ha sido salir a la calle a más de 40ºC, o quizá se retiró estos meses al fresquito más llevadero de Asturias o Cantabria. La estación ha sido tórrida en conjunto, situándose 0,8ºC por encima del promedio de 1981-2010, de 23,8ºC. Esto confirma una tendencia: "De los diez veranos más cálidos desde el comienzo de la serie en 1965, nueve han correspondido hasta ahora a veranos del siglo XXI", enuncia la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en su resumen estacional.
En algunos países europeos recordarán este verano más incluso que en España. Sin duda uno de los países de la lista es Francia, que batió un récord absoluto con los 45,9ºC que registró durante la ola de calor de finales de junio y con un 60% de sus estaciones meteorológicas igualando o superando su récord mensual a lo largo del mismo episodio, según Meteo France.
La ola de calor de julio también abarcaba los titulares en el viejo continente: "el 25 de julio de 2019 pasará a la historia al registrarse la temperatura más alta jamás medida en Alemania con 42,6ºC y Holanda con 40,7ºC", informa la Aemet.
*Imagen: Fuentes del Trocadero en París el día 25 de junio, durante la ola de calor / Reuters
A escala mundial el balance es todavía más llamativo: los meses de junio y julio han sido declarados los más cálidos en el planeta desde que se tienen registros, es decir, desde 1880. Agosto, por su lado, ha sido el segundo con las temperaturas más elevadas, por detrás de 2016.
Además, las imágenes satelitales han evidenciado una extensión de hielo marino preocupante, que ha marcado su mínimo para junio y julio desde que se monitoriza en el Ártico y la Antártida, lo cual tendrá consecuencias presentes y futuras.
Volviendo a territorio español, junio y julio fueron 1,2ºC más cálidos de lo normal y, agosto, 0,9ºC. En general, ha sido el quinto verano consecutivo con temperaturas más altas de lo habitual.
La primera ola de calor ocurrió entre el 26 de junio y el 1 de julio y se notó más en el centro y nordeste peninsular. "La masa de aire que la provocó fue la más cálida que ha afectado a España en 40 años y cinco estaciones de la red principal de Aemet batieron el récord de temperatura máxima absoluta, con la particularidad de hacerlo en el mes de junio y no en julio y agosto, los meses estadísticamente más cálidos", enuncia la Aemet. En puntos del valle del Ebro incluso se superaron los 44ºC.
La segunda ola de calor, entre el 20 y 25 de julio, dejó un récord en el Observatorio de San Sebastián de 39ºC el día 23.
*Imagen: Anomalía de las temperaturas a lo largo del verano de 2019 / Aemet
Llaman la atención las noches veraniegas en las que difícilmente hemos conciliado el sueño, algunas incluso de carácter 'ecuatorial' (a más de 25ºC): "casi 27ºC de temperatura mínima registrados en Murcia-Alcantarilla, los 26,6ºC de Valencia-Aeropuerto, o los 25,9ºC de Segovia", destaca la Aemet.
Lo sabemos: con tanta 'gota fría’ parece que la estación estival se ha portado de lujo y alguno pensará que ha puesto fin a la sequía meteorológica. Nada más lejos de la realidad. "En cuanto al año natural, desde el 1 de enero hasta el 31 de agosto se recogieron 281 litros por metro cuadrado, valor inferior a lo normal en un 23%", dice la Aemet, situándose como el año natural más seco del XXI hasta el momento. La ausencia de precipitaciones se hace patente especialmente en el oeste de Badajoz, sur de Castilla y León, oeste de la Comunidad de Madrid, extremo oriental de Cáceres y áreas del noroeste de Castilla-La Mancha.
*Imagen: Porcentaje de precipitación acumulada del 1 de junio al 31 de agosto / Aemet
El trimestre veraniego (junio-julio-agosto) arrancó con un junio muy seco en el que las lluvias fueron un 42% menos de las habituales. Entonces la Aemet ya dio una rueda de prensa en la que se refirió a la sequía meteorológica. Después llegó un julio algo más esperanzador que, aunque no se caracteriza por ser un mes muy húmedo, dejó un 20% más de precipitación de lo normal. Como recordarás, agosto también trajo agua al país: el episodio de 'gota fría' entre los días 25 y 27 mojaron buena parte de la Península y Baleares.
Si centramos la atención, en cambio, en la reciente DANA (depresión aislada en niveles altos) que hizo estragos en numerosos municipios de España, podríamos resumir el episodio en un titular: "Se superaron los 100 litros por metro cuadrado en al menos 47 estaciones de la red de Aemet", en palabras de la agencia meteorológica. Las imágenes desde el aire que se mostraban de la Vega Baja del Segura recordaban a la escena de un tsunami. Y no es de extrañar: del 10 al 14 de septiembre cayeron en Orihuela 521 litros/m2 y, en Gayanes (Alicante), 482,8 l/m2. Estas han sido las dos estaciones donde más precipitación se ha registrado.
*Imagen: Molina del Segura (Murcia), fotografiado el día 13 / Reuters