Festejar el orgullo LGTBI , entre la reivindicación de derechos y el negocio

La primera marcha del Orgullo gay en España se celebró en 1977 en Barcelona y un año después en Madrid. Con el franquismo a flor de piel y sus víctimas por ser diferentes todavía traumatizadas por la cárcel y las persecuciones no tenían nada que ver con el desfile actual. ¿45 años después con leyes que amparan los derechos del colectivo LGTBI+ tienen sentido estos festejos y manifestaciones?

Fue un largo camino de manifestaciones, lágrimas y luchas para llegar hasta el matrimonio homosexual, la Ley Trans que todavía huele a nuevo, el reconocimiento de derechos y libertades fundamentales hasta que todos, todas y todes pudieran subirse a las carrozas y gritar a todo pulmón eso de "a quién le importa lo que yo haga".

Han pasado 45 años y todavía algunos se preguntan "qué razón de ser tiene celebrar el Orgullo gay, si no existe un orgullo heterosexual".

Esta marcha y en general las fiestas de los últimos años "son un negocio" y "no representan nuestros derechos". Lo dice Javier Bujarrabal, portavoz de la Plataforma Orgullo Crítico que agrupa colectivos de personas homosexuales, heterosexuales, bisexuales, intersexuales, trans, lesbianas y otres no binarios .

Todo empieza por las siglas LGTBI, nos dice el portavoz de esta organización independiente que no recibe financiación alguna del Estado y rechaza que la celebración se haya convertido en una fiesta en la que han quedado en el olvido los derechos que se exigen los diferentes colectivos.

Desde Orgullo Crítico, aunque siguen defendiendo el salir a la calle, porque es la única manera de "luchar por los derechos o se pierden", y todavía muchos que se molestan por nuestra presencia, sobre todo los grupos políticos de derecha y ultraderecha u organizaciones religiosas.

Inmaculada, una profesora de Instituto, lesbiana, no participa en los festejos del Orgullo LGTBI y rechaza toda la estridencia de estas marchas a las que define como "un poco circo". "No me siento representada, no va con mi carácter, dice.

"Creo que da una imagen distorsionada, de nosotros, nosotras y nosotres y no contribuye a normalizar y sacarnos del gueto. Al mismo tiempo, añade que "no deja de ser una fiesta y una ocasión para recordar que sigue siendo necesario reivindicar derechos, aunque no creo que sea la mejor manera de hacernos respetar."

Esto es un orgullo capitalista que solo significa dinero. Se transforma la lucha de las personas disidentes género y cuerpo en un negocio, como la cabalgata de los Reyes. Estas organizaciones lleva muchos años sin representarnos

"El problema de utilizar las siglas LGTBI es que este binomio conlleva que siempre se queda algún tipo de colectivo fuera, son limitadas las letras", asegura el portavoz de Orgullo Crítico. La Plataforma reivindica estas jornadas para hablar de "los derechos laborales, sociales, porque no caen del cielo". Sin embargo, también explica su distanciamiento de lo que llaman "Orgullo gay mainstream" o convencional, esta especie de invento capitalista que ha transformado la lucha "en un negocio".

"No creemos en el orgullo gay tal y como está explicado, porque se limita a los derechos de las personas homosexuales y no representa a todas las disidencias sexuales y de género. Cuando se hace la primera manifestación en España por los año 80 veníamos de una dictadura que había atacado a muchas personas por su sexualidad q se habían encarcelado pero esa nomenclatura de orgullo gay se queda corta ante todas las disidencias y hay que hacer toda esas manifestaciones por los derechos". señala Javier Bujarrabal.

Podría llegar a estar de acuerdo con los que consideran que el atractivo turístico de los festejos han convertido la manifestación del Orgullo en un negocio, pero sin olvidar que la base es la lucha por nuestros derechos y por eso me quedo con lo positivo

"No estamos de acuerdo con el orgullo mainstrean el tradicional, el capitalista, el que se organiza desde las instituciones del colectivo, que reciben ayuda desde hace años, como Cogam, FELTG y otras, para organizar la manifestación y detrás de estas subvenciones no se utilizan para talleres o ayudas al colectivo, sino para otras cosas.", remata.

Bujarrabal señala al grupo AEGAL de empresa de locales y ocio nocturno, "que se dedican a decir qué hay que hacer en la jornada y solo han visto un negocio en las disidencias sexuales".

Hacen carrozas con publicidad de empresas como Amazon, inmobiliarias, todo muy alejado de los problemas de las disidencias sexuales que son pobres, excluidos, migrantes. Esto es un orgullo capitalista que solo significa dinero. Se transforma la lucha de las personas disidentes género y cuerpo en un negocio, como la cabalgata de los Reyes, estas organizaciones lleva muchos años sin representarnos y hacen daño a este colectivo. Nosotros hemos hecho acciones en contra de este orgullo mainstream". Ellos no ayudan al colectivo, solo están colaborando con AEGAL que solo les interesa el negocio."

Carmen es otra disidente de estas fiestas, aunque también admite la importancia de no olvidar lo que representan, "que cada cual sea como sea sin tener que esconderse y que se haga por la libertad de la sexualidad. Me parece bonito que cada cual vista como quiera, se disfrace o no, todo eso me parece muy chulo", afirma y al mismo tiempo reconoce que no participa, porque "esas manifestaciones se ha desvirtuado mucho: parece un festejo de fútbol y termina con suciedad y a veces con comportamientos que no comparto."

¿El Orgullo gay tal y cómo está organizado tiene o no sentido?

"Hacer una manifestación no es gratis. Hay que tener unos medios y unos gastos que nosotros asumimos. Tendremos un encuentro festivo con personas disidentes de género y sexo. Haremos algunas charlas temáticas sobre el tema de las relaciones entre personas transexuales, lesbianas, gais, homosexuales, intersexuales, bisexuales, no binarias, de género fluido y luego finalizaremos con la manifestación del 28 de junio a las 19.30. La participación de años anteriores fue de 3.000 personas, pero el año pasado fue impresionante se fueron uniendo gente y nos sentamos en la Gran Vía y fue espectacular", defienden los organizadores.

Adolfo: "la base es la lucha por nuestros derechos"

Adolfo, treintañero gay, de origen canario, apuesta a muerte por las fiestas del Orgullo LGTBI en Madrid y en Las Palmas, tal y cómo están planteadas, porque aunque "podría llegar a estar de acuerdo con esas personas que consideran que el atractivo turístico de los festejos han convertido la manifestación del Orgullo en un negocio, subraya que no se puede olvidar "que la base es la lucha por nuestros derechos" y por eso se queda con "lo positivo: si festejando, conseguimos atraer a más gente, que el mensaje cale mejor y disfrutamos visibilizando, la labor está hecha."

Este profesional, que no se pierde los festejos, reconoce que "aún hay ciertas ciudades que siguen considerándolo 'Orgullo Gay' cuando lo que se quiere conseguir es que se den a conocer las distintas orientaciones e identidades y la lucha por nuestros derechos. No solo nos manifestamos ni festejamos los gais, sino el resto 'de letras' del colectivo (que son muchas)." 

Un Orgullo LGTBI crítico, sin oropeles y asociados a los barrios

El portavoz de esta plataforma cuenta que funcionan a través de "asambleas abiertas que a partir de abril deciden las actividades del orgullo crítico con la participación de personas disidentes sexuales, colectivos minoritarios en espacios como La ingobernable (centro cultural del movimiento Okupa), "porque creemos en que estas luchas están asociadas a barrios. "

Para este año la manifestación se realizará el 28 de junio, porque es la fecha de la primera manifestación de homosexuales en Stonewall, en EEUU y es el referente que usan, " no como el orgullo mainstream que se convierte en una fiesta, cuando este es un día de lucha y reclamación de derechos, sociales, a la vivienda, a un trabajo digno, servicios públicos. Lo que reclamaría cualquier persona de a pie. El año pasado la temática fue "los cuerpos trans" y este año la temática es las personas racializadas y las personas migrantes", subraya Javier Bujarral.

Aumentan las agresiones y delitos de odio por orientación sexual en España

Mucha gente piensa que el camino está recorrido, que cada uno puede hacer con su vida lo que pregonaba Alaska en la canción que nunca falta en las fiestas LGTBI de cualquier lugar de España.

Sin embargo, los números de agresiones y delitos por la orientación sexual no paran de aumentar desde 2013.

A nadie lo agreden por ser heterosexual, pero todavía en la España de 2022 se pega incluso se mata por ser gay, lesbiana, transexual o no entrar en el molde.

Respecto a 2020 los delitos de odio contra personas con discapacidad aumentaron un 69,2% seguidos por los de discriminación por razón de enfermedad (+62,5%), y en tercer lugar los delitos de discriminación por razón de sexo/género, que aumentaron un 43,5%, según los últimos informes del Ministerio del Interior.

Las organizaciones LGTBI, sin embargo, consideran que el número real de agresiones y delitos de odio está muy lejos de las cifras oficiales, porque existe una infradenuncia de estos casos. Según la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA), en nuestro país se denuncian siete de cada 100 delitos contra el colectivo LGTBI, un porcentaje incluso inferior a la media europea, que se sitúa en el 10%.

Cogam y la Fundación Triángulo fueron contactadas para que participaran y no respondieron

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