Ayuso busca el cuerpo a cuerpo con Sánchez en su petición del fin de la alarma en Madrid

  • La presidenta madrileña defiende la economia y la libertad en el duro alegato contra el Gobierno con el que pide el fin de la excepcionalidad

  • El ministro Illa informa 'oficialmente' en el Grupo Covid que el objetivo es bajar la incidenca a 100 casos por 100.000 habitantes

Isabel Díaz Ayuso apunta a lo más alto. Lo ha vuelto a demostrar este martes, en la escenificación que ha hecho para pedir al Gobierno que ponga fin al estado de alarma en Madrid, vigente desde el pasado viernes 9 de octubre. Flanqueada por el alcalde de la capital y portavoz nacional de su partido, José Luis Martínez Almeida, y de su consejero de Sanidad Enrique Ruiz Escudero, la presidenta de Madrid ha leído para la ocasión una “declaración institucional” en la que no aparece ni un solo dato en el que apoyar su petición.

Los cinco folios de su discurso han sido, por el contrario, un continuum de acusaciones contra Sánchez y su Gobierno al que tacha de “autoritario”, de “totalitario”, dice de él que quiere “imponer su criterio”. “aniquilar nuestra opción” o “desestabilizar” Madrid, entre otras cosas. “Dinamitar el Estado de Derecho con la excusa del bien común es el camino recto hacia la anarquía y la vuelta a regímenes totalitarios”, apunta otro de los pasajes de la intervención de una Ayuso que ha transmitido la idea de querer elevar su discurso por encima de la coyuntura de la pandemia.

La presidenta madrileña, se diría que en versión estadista, ha echado mano para la ocasión de apelaciones a la historia –a la ley para la reforma política del 76- o a cuestiones de actualidad que no son de su competencia –la renovación del CGPJ- si no de Pablo Casado, en un aparente intento de hablarle a Sánchez de Gobierno a Gobierno.

Enfrentamiento en toda su crudeza

La comparecencia ha mostrado a esa Ayuso siempre dispuesta a sobresalir con voz propia dentro del PP y, de puertas afuera, ha sido una nueva exhibición del enfrentamiento Sol- Moncloa en toda su crudeza.

El ejecutivo madrileño se ha agarrado en esta ocasión a unas palabras del ministro Salvador Illa, que por la mañana en la SER se había mostrado dispuesto a retirar el estado de alarma “en cuanto podamos”, pero añadiendo de paso que “lo razonable sería bajar la incidencia acumulada de coronavirus por debajo de cien o alrededor de cien”. Esto es, menos de esos 500 casos por 100.000 habitantes que se fijó como uno de los tres baremos para declarar la alarma. Illa ha hablado de los 100 como dato de referencia (todavía no era un objetivo oficial) pero para los dirigentes del PP madrileño ha sido, desde ese momento, como si lo hubiera esculpido en mármol.

Ayuso, que ya anunció que Madrid pedirá todos los días que se retire la alarma, ha acusado al ministro de “cambiar las reglas del juego” para mantenerla. A su lado, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida se quejaba de que “no es justo secuestrar a los madrileños en aras de una lucha política”, ni que sean “rehenes de un gobierno que cambia de criterio de manera arbitraria”. En un momento dado Almeida, asustado por la contundencia de su expresión, ha precisado que no quería decir que el “estado de alarma sea un secuestro físico”.

El alcalde admite que si Illa ha dicho que el índice debe ser 100 “puede ser razonable”, que “si es para todos, tiene un pase”. Pero, eso sí, reclama un baremo común: “Discutamos sobre las medidas pero evitemos el estado de alarma”, es su propuesta.

En lo de discutir ya están. Este martes ha vuelto la guerra de ruedas de prensa. La comparecencia en Sol coincidía con la de Illa el Moncloa. El ministro niega que haya habido un cambio de reglas y ha mantenido que el objetivo debe ser llegar a unos 100 casos por 100.000. Su intención es hablar con Madrid pata saber cuál es su propuesta para conseguirlo. “Con la salud no se negocia”, ha sido su respuesta a las demandas de Ayuso de retirar ya el estado de alarma. “No vamos a entrar en reproches ni en politizaciones”, ha dicho.

Alarma de 15 días

Lo que el Gobierno se plantea es una “alarma de 15 días”, a la espera de que las medidas surtan efecto, y después de haber conseguido reducir en un 46% las salidas por carretera de madrileños de la capital durante este pasado puente. Illa, pues, sigue en sus trece, aún a riesgo de enfrentarse los 15 días (ya unos menos) a la artillería dialéctica de una Ayuso convencida de que el rigor de la medida va a acabar económicamente con Madrid.

“Nos estamos arruinando”, ha clamado la presidenta, que ha vuelto a su tesis de los porcentajes. Propone “buscar al 1% que va contagiando y que el 99% que está sano salga a buscarse la vida a trabajar, que siga viviendo… Hay que tener en cuenta que cada decisión lleva detrás muchas vidas, pero también muchos comercios y prosperidad”. Economía y libertad han sido los dos pilares argumentales de Ayuso. “Madrid solo es Madrid si es libre. No vamos a renunciar en la defensa de esa libertad”, ha sido el broche a la declaración que ha leído.

El ministro Illa, que el pasado viernes dijo aquello de que “la paciencia tiene un límite”, este martes ha optado por eludir el choque. “Hablo de sanidad y con argumentos sanitarios. Todo lo que no sea eso no lo voy a valorar”. Y ahí se ha quedado.

Lo curioso del caso es que las comparecencias de Sol y Moncloa (y el intercambio de recados) se producían justo antes de una nueva cita del llamado Grupo Covid, el presunto escenario de colaboración y trabajo conjunto entre ambas administraciones. O sea que venía caliente.

Y ha sido precisamente en esa cita en la que el ministro, ya sí oficialmente, ha comunicado a Madrid que “el objetivo no es bajar de 500 casos por 100.000 habitantes, sino alcanzar una cifra más baja, en torno a los 100 casos positivos por 100.000 habitantes, que permita un margen de reacción en caso de repunte”. Así lo ha transmitido el propio ministerio, que defiende que es "la misma estrategia" que ya han puesto en marcha muchas Comunidades que están tomando medidas o las adoptarán en los próximos días.

“Vienen semanas complicadas” ha anunciado también el Gobierno a los representantes de Ayuso que, a todo esto, estudia la forma de recurrir la declaración estado de alarma en los tribunales. Continuará.